Borregos y soldados

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Hoy vengo a hablar de algo que todos o la mayoría sabemos y es sobre el sistema educativo, ya saben cómo funciona pero creo que no todos saben de dónde viene, aquí les cuento una pequeña historia:

Data de la primera revolución industrial, en la que se quería que la gente fuese lo suficientemente lista como para saber escribir pero lo suficientemente ignorantes como para que obedezcan y sepan trabajar sin cuestionar. De ahí a la gente se les hizo buena idea criarnos como borregos o perros, entrenarnos como soldados.

Por eso cuando íbamos en primaria nos enseñan a hacer bien una fila, nos enseñan a obedecer, que si desobedecemos habrá un castigo, que si no sacamos la calificación máxima somos idiotas, que si te enfermas el trabajo no se detiene por ti ni por nadie, que si no haces lo que se te pide estas mal. Esto no es del todo malo, hasta cierto punto las reglas son necesarias, pero aún me pregunto porque me enseñan la fecha en la que América fue conquistada por españoles de la manera más cruel y ruin posible y no me enseñan a hacerme la cena, por qué me enseñan la tabla periódica y no a reparar un aparato que este o parezca roto, por qué me enseñan física media avanzada y no a otra cosa que me sea útil en la vida diaria.

La escuela no pone a prueba tu inteligencia, solo pone a prueba tu memoria en un examen.

Entiendo que no sabemos lo que vamos a hacer cuando seamos adultos y tengamos que trabajar, pero para eso está la primaria, al entrar a la secundaria deberíamos tener ya las áreas a las que podemos dedicarnos, así probamos básicamente cada área y en bachiller o preparatoria podamos enfocarnos más en el área que nos gusta, y ser los mejores en lo que queramos ser, porque cuando uno es niño uno puede aprender muchas cosas, preferiría saturarme de mil materias en primaria que ir aumentando en la secundaria y preparatoria, preferiría ir enfocada ya en lo que me gusta y quiero hacer, así no habría reprobados, así no habría ninguna mala profesión, este mundo sería mejor y más justo. Así dejaríamos de ser borregos ignorantes y soldados que no cuestionan nada.

Una Tomoko de la vida realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora