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Liam salió del baño y tomo la toalla que colgaba de un perchero. Ya le enseñaría al idiota que estaba en la puerta que esa no era manera de tocar el timbre.

Abrió la puerta con tanta fuerza que la talla se descolgó por un lado de su cadera sin que se diera cuenta. Su mirada y todos sus sentidos se paralizaron ante el hombre al otro lado del umbral.

Sus ojos parecían azotarlo mientras recorrían su cuerpo sin prisa, deteniéndose en su cadera que se movía al ritmo de su respiración.

Liam se acomodó la toalla con las manos temblorosas evidenciado su estado emocional. Era posible no alterarse cuando el extraño que tenía enfrente lo había desnudado con la mirada.

Trato de cerrar la puerta, pero el hombre lo evito atravesando el marco con su bastón.

-¡Váyase o llamare a la policía!-grito Liam.

-No tienes por qué ponerte histérico – expreso Zayn, sonriendo burlonamente-, solo vine a hablar contigo.

-No lo conozco –replico sin dejar de hacer fuerza para cerrar la puerta-, así que lárguese.

-Soy Zayn Malik-dijo con sequedad.

Liam escucho el nombre y dejo de forcejar, entonces reparo en su bastón y recordó que Andy le había contado sobre su mejor amigo, y no tuvo otra opción que estar de acuerdo con él. A pesar de la cojera, Zayn Malik proyectaba tanta seguridad hasta el punto de hacerla sentir insignificante.

No le gustaba como lo miraba, y tampoco hubiese entrado a su departamento sin su permiso, manifestando tácitamente que lo último que le importaba era su opinión.

-Andy no está –anuncio con agresividad.

-Ya lo sé –respondió Zayn observándolo descaradamente -, por eso estoy aquí es urgente que tú y yo tengamos una conversación.

-No tengo ganas de hablar con usted –y abriendo la puerta, agregó -: Adiós, señor Malik.

Liam se quedó esperando que Zayn entendiera que no era bienvenido, pero él no capto el mensaje y se acomodó en un sillón sin dejar de mirarlo. El trato de tranquilizarse. No era usual que alguien de su mismo sexo lo pusiera nervioso, siempre tenía el control, pero ese hombre empezaba a sacarlo de sus casillas.

-¿No se da cuenta que quiero que se marche? –dijo, acercándose a él.

- ¿Y tú no te das cuenta de que no me moveré de aquí hasta que hablemos?

Liam se enfureció, el tono que empleaba le recordaba el que usaba la directora del orfanato donde paso toda su vida hasta la mayoría de edad. Sin pizca de emoción y dejando en claro quien daba las órdenes.

En aquella época no le quedaba más remedio que obedecer, pero ahora las cosas habían cambiado, era dueño de su vida y nadie, ni siquiera Zayn Malik, gobernaba en el.

-Creo que además de cojo eres sordo –exclamo con acidez, dejando a un lado el formulismo con el que lo había tratado-. Estoy ocupado y no tengo tiempo para hablar con un engreído que cree que el mundo gira al son de sus palabras.

Zayn sonrió mientras se ponía de pie con ayuda de su bastón. Sus ojos tenían un toque macabro que logro estremecer el interior de Liam, que no había reparado en su estatura, y empezaba actuar como un efecto secundario de su psiquis.

No estaba en igualdad de condiciones. Mientras el bajaba la mirada él tenía que levantar la suya, y mientras el fino pantalón de lanilla inglesa, el traía una pequeña bata encima que cubría lo indispensable.

Ya había notado que Zayn no perdía de vista sus extremidades, molestándole el brillo lujurioso que alcanzo a ver en sus ojos cuando recorrió sus muslos expuestos.

Andy no se había equivocado al describirlo como un hombre atrevido que le toma lo que provoca, pero había olvidado comentarle que su presencia era dinamita pura que alteraba la tranquilidad.

-Me gusta tu lengua viperina – comento Zayn mientras caminaba hacia a el-, sale de lo común; por lo general los hombres se cuidan al hablar conmigo.

Liam no pudo mover las piernas para huir de su presencia, tampoco podía pensar; el acaparaba el aire que respiraba, dándole la impresión de que en cualquier momento moriría de asfixia.

No le gustaba Zayn Malik, lo hacía sentir poca cosa: una mosca a la que podía pisar si le fastidiaba su presencia; por eso se apresuró en demostrarle que él era más que un insecto insignificante.

-¡Ya basta! – exclamo, sorprendiendo a Zayn con un rápido movimiento al apoderarse del bastón que él tenía en la nano-. No puedes llegar a mi departamento y hacer tú voluntad. ¿No entiendes que quiero que te marches?

Y para dar más crédito a sus palabras aventó el bastón había la puerta, quedando en el aire el eco que produjo el choque de la madera contra el piso de mármol.

Zayn no se inquietó por el inesperado arranque de Liam. Era evidente que no le cayó bien a la amante de su amigo, pero no fue a buscarlo para caerle en gracia, sino para darle una penosa noticia.

¿Por qué no vas a cambiarte? –Sugirió Zayn con una voz que infundía autoridad-. Puedes estar seguro de que ya aprecie tú... atributó.

-¡Imbécil! –exclamó Liam, levanto la mano para abofetearlo, pero esta vez Zayn no se dejó sorprender y detuvo su mano antes que le tocara el rostro.

-Ningún hombre me ha puesto la mono encima –declaró sin dejar de apretar su muñeca-, y tú no serás el primero.

Había tormenta en su mirada, y Liam se estremeció ante la amenaza que leyó en sus ojos.

-Tienes cinco minutos para quitarte la bata y ponerte algo presentable –dijo alejándose de el-, no quiero que nada distraiga mi atención del objetivo de mi visita.

-¿Y por qué crees que debo obedecerte?

-Porque si no te cambias seré yo quien tenga el placer de desnudarte. Y créeme que quiero hacerlo.

Liam luchaba por controlarse; habría querido clavarle la uñas y borrarle su sonrisa de sarcasmo. No le gustaba sentirse forzado a una conversación que no deseaba. Pero debía obedecer aunque solo fuera para librarse de su presencia. Ya hablaría con Andy sobre el atropello del que había sido víctima, y no descansaría hasta lograr que Zayn Malik le ofreciera una disculpa...





Prenup - Ziam Mayne/PalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora