Fue en una cálida tarde de otoño durante uno de los talleres extracurriculares impartidos en el Colegio Elfman, cuando dos corazones se unieron gracias al cruel destino: Los oscuros latidos de Dante Castile y el luminoso palpitar de Farrah Aragón.
Ambos chicos estaban en el taller de costura. Ella por decisión, pero él porque sus padres lo obligaron a que aprendiera algo útil en la vida aparte de respirar. Si se le pensaba, era lo ridículamente típico de ellos lo que hizo que todo lo que pasó fuera tan hilarantemente único. Pues Farrah era amante de la confección de vestidos, tanto, que ella misma diseñó el vestido que usó para su graduación de secundaria. Y la actitud tan sumisa de Dante en aquella época lo llevó a obedecer las decisiones de sus progenitores.
Cuando el muchacho de oscuro cabello vio entrar a una rubia de armoniosos ojos azules, sintió un pinchazo en el pecho que se extendió a lo largo de todo su sistema. Lo que la gente común llamaba amor a primera vista, fue lo que aconteció en la vida de Dante. Una sensación de adrenalina se drenó a través de sus venas, hasta teñir su pálido rostro de color rojo.
Cuando la muchacha se sentó en la máquina de coser de su lado, perdió la razón. Una sonrisa de ella bastaba para que una chispa estallara en su interior. Pero no fue hasta que escuchó su voz, que conoció todo lo que necesitaba.
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Antítesis del corazón
ContoDante estaba sumergido en la oscuridad luego de vivir con una tormentosa familia. No sabía cómo escapar de él mismo y de los trastornos que lo persiguieron durante toda su vida; sin embargo, en uno de los tantos talleres a los que asistía, conoció...