Amándote [Laughing Jack Y Tu] (Book 2)

Los Miedos De Jack

Abrió los ojos. Todo estaba en una completa y densa penumbra. El aire estaba polvoriento y mohoso. Intentó levantarse pero en el intento su cabeza golpeó con algo, un techo.
Palpó con sus manos su alrededor y se dio cuenta de que estaba en un caja.
Su corazón comenzó a latir con fuerza y su respiración era agitada. No estaba en cualquier caja, había regresado a su caja.
Miró por una pequeña abertura el exterior.
Todo estaba como recordaba. Isaac estaba ahí. Durmiendo plácidamente.
El estómago se le revolvió y la ira aumento rápidamente, tensó la mandíbula y su instinto asesino regresó. Odiaba a ese mocoso. Odiaba verlo respirar. Odiaba que luciera tan feliz siendo que a él le había jodido la existencia. Había esperado por él tantos años, había sido olvidado...

Luchó por salir de la caja. La rasguñó pero no lograba su objetivo, la caja no parecía tener el mas mínimo daño. La desesperación en él aumento gradualmente.
La caja se hacía más pequeña y se le dificultaba respirar.
Las paredes le estaban aplastando y apenas le daban espacio para respirar. Miró por última vez fuera por la pequeña ranura.
Isaac había despertado de su siesta, estaba parado y podría haber jurado que lo miraba fijamente. Tenía una sonrisa perturbadora.

-¿Estás cómodo, Jack? -preguntó con una voz deformada y retorcida.

Las paredes estaban a punto de fracturarle sus costillas. Su corazón amenazaba con salirse de su pecho.

Ese era su primer miedo. Temor a los lugares cerrados...

La caja se cerró aún más y cuando pensó que moriría la presión se fue. Había luz...
Miró a su alrededor, estaba en la cabaña, en medio de la sala. Corrió hacia la oficina de Slender.

Buscó desesperado con la mirada a _______, no había rastros de ella. La desesperación y la adrenalina corrían por su torrente sanguíneo. Y cuando pensó que moriría de la angustia entró Slender.

-¿Dónde está ella?
-Has llegado demasiado tarde...
-Pero...
-Ella ha muerto.

De pronto sintió que el aire le faltaba y la vista se le nublaba. Demasiado tarde, había dicho Slender. La había perdido para siempre. El vacío en el pecho y lo irreal que le parecía la situación no le dejaban tranquilo.

Su segundo miedo. Temor a perderla...

Cubrió su rostro con ambas manos y se dejó caer al suelo abatido. Le costaba controlar el impulso de destruir todo a su paso. Ella ya no estaba con él.

-¿Jack? -la voz familiar le llamó por su nombre. Su corazón se aceleró.

Levantó la mirada y se encontró con ella mirándolo curiosa a la mitad de la habitación.
Una sonrisa de alegría surcó su rostro y las lágrimas pararon. Se levantó con una plena alegría de tenerla ahí.

Se acercó a ella con intenciones de estrecharla entre sus brazos y besarla hasta que la vida se le fuera en ello. Pero cuando estaba a la mitad del acto ella se apartó y su expresión denotaba asco.

-¡Aléjate de mi! Jodido payaso de mierda.
-¿_______? ¿Qué te sucede?
-Sucede que me das asco. De solo ver tu cara me pongo de mal humor.
-Pero... -intentó tomar su mano pero ella se apartó de inmediato.
-No te atrevas a tocarme en tú vida. No sé cómo diablos pude haberme fijado en ti. Debí matarte en cuanto se me presentó la oportunidad...

Aquello había sido un disparo al corazón. Sus palabras habían sido una bofetada. Eso lo hirió.

Su tercer miedo. Temor a que ella ya no lo amara...