Amándote [Laughing Jack Y Tu] (Book 2)

No Es Una Coincidencia

Caminaba por las solitarias calles. Jack no le había dicho nada, él creía ciegamente en Slender como todos los demás en la casa. Jane lo había perturbado en sobremanera, las dudas lo atacaban sin piedad.

Siempre había considerado a Jane una completa estúpida, pero ahora se daba cuenta de que estaba equivocado. Ella le acababa de demostrar que no era la tonta que él creía que era, incluso se había percatado de que era inteligente, mucho.

Nunca nadie se había puesto a pensar cosas como esas. Y es que todos estaban encantados con Slender, él los había ayudado. Slender lo había ayudado a él cuando los huyó del mundo de los humanos... Slender había ayudado a todos, tal vez por eso nadie desconfiaba de él. Pero Jane si, ella estaba viendo cosas que los demás no porque estaban enceguecidos por Slender.

La noche se estaba tornado fría y más solitaria que de costumbre. Una inseguridad y miedo lo atacaron, se sentía observado y perseguido. Caminó lentamente con rumbo hacia su casa con todos los sentidos alerta.

Luego de unos minutos se encontraba en el vecindario pero la idea de llegar a su casa le causaba nauseas y terror. Decidió ir a hablar un poco con Jane, necesitaba preguntarle un par de cosas.

Cuando llegó la puerta estaba abierta, un mal presentimiento lo inundó, aquello no pintaba nada bueno. Entró en completo silencio y su corazón se paralizó al ver sangre. Había cristales rotos y los muebles estaban desacomodados, era una escena de una pelea sin duda alguna.

Había rastros de sangre en las escaleras. Las subió en completo silencio. Sentía que el corazón se le iba a salir por la garanta, siguió los rastros de sangre que llevaban a la habitación principal.

Casi se desmayaba cuando vio aquella escena, demasiada sangre, los cuerpos estaban desfigurados e irreconocibles, pero no se necesitaba ser un genio para saber que eran Jane y Nina. Habían sido asesinadas cruelmente...

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—¿Qué sucede? —preguntó asustada.

—Nina y Jane... están muertas... —dijo Jeff temblando del miedo.

—¡¿Qué?!

______ arrastró a Jeff al interior de la casa y lo obligó a sentarse, pronto él se vio rodeado por todos. Slender apareció y se sentó frente a él. Jeff comenzó a pensar que tal vez Jane estaba en todo lo cierto, la muerte de ella no podía ser una coincidencia después de lo que había dicho ella.

—¿Qué pasó?

—Nina y Jane... las han matado.

—¿Qué estabas haciendo en esa casa? —preguntó Slender—. Se suponía que estabas en el gimnasio de la universidad.

—Decidí no ir, sólo caminé sin rumbo —dijo con voz temblorosa rogando porque Slender se tragara sus mentiras—. Pasé por la casa de ellas para convencerlas de que no se rindieran, que ganaríamos la guerra.

—Ya veo... —dijo él para levantarse—. Nadie puede salir de esta casa a menos de que yo lo permita —dijo para irse a su oficina.

Jeff miró atónito la escena, por primera vez se dio cuenta de que Slender no era un líder, sólo un dictador, les había prohibido salir sin dar ninguna explicación y nadie se había opuesto.

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Ni modo, la plana horrenda y Nina se nos fueron. Un minuto de silencio por ellas...