1. Conozco tu secreto.

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— ¿Nombre? —Preguntó la mujer de avanzada edad que se encontraba sentada detrás de un escritorio de madera que lucía muy antiguo, como todo en aquella oficina, llena de diplomas y títulos. Parecía que se había dedicado a acumular reconocimientos en lugar de recuerdos, ya que no había ni una sola fotografía familiar o de algún viaje, ni siquiera de una mascota.

—Carly Robinson —contestó la chica pelirroja, al mismo tiempo que se acomodaba en su asiento.

La mujer tomó su bolígrafo y anotó en el formulario que tenía sobre el escritorio.

— ¿Promedio? —Cuestionó levantando la vista para poder observar a Carly.

—Bueno... ¿Qué le parece si le digo que hago mi mayor esfuerzo? —Respondió con una sonrisa nerviosa. La mujer enarcó una ceja y todo su rostro gritaba que esa no era una respuesta aceptable.

—No puedo poner eso en el formulario —su tonó de voz era tan seco que parecía un aparato diciendo que la clave ingresada no es la correcta.

Carly se frotaba las manos haciendo aún más notable su nerviosismo, pero ¿Cómo no estar nerviosa? si estaba ante la directora de admisiones de la más prestigiosa academia de la ciudad, había luchado mucho por conseguir esa entrevista y no estaba dispuesta a arruinarlo.

—Sé que mi promedio no es el mejor, ni siquiera se le acerca. Es probable que solo tenga lo necesario para pasar las materias. Pero le aseguro que si me acepta voy a estudiar como jamás lo he hecho, ¡me esforzaré, se lo prometo! —casi se paró de su asiento acercándose a la directora de admisiones, poniendo una expresión de súplica en su rostro.

— ¿Por qué? —Cuestionó la mujer. Era raro ver a alguien con tantos deseos de entrar a aquella academia. La mayoría de los que aplicaban entraban con una actitud arrogante, creyéndose los más inteligentes.

—Sé que su institución tiene un alto nivel académico y quiero estar a la altura de... —Fue interrumpida en medio de su explicación.

—Me refiero a ¿Por qué quiere estudiar aquí? Estoy al tanto de que hizo numerosas llamadas, envió gran cantidad de solicitudes e incluso su padre donó una generosa cantidad de dinero para que le concediésemos esta entrevista, puesto que ambas sabemos que usted no cumple con los requisitos. —Dijo de manera seria. Esa era la pregunta que había querido hacerle a la chica desde que puso un pie en su oficina, pero como decía el protocolo, y ella amaba el protocolo, debía hacerle primero las preguntas de rutina.

—La verdad es que mi padre estudió aquí, siempre dice que fue aquí en donde encontró su talento. Yo estoy a un año de ir a la universidad y aun no encuentro el mío, soy pésima en tantas cosas que casi pierdo la fe, pero luego recordé este lugar y tenía que intentar entrar—suspiró—.   Supongo que debo confesarle que papá hace una donación cada año y yo aproveché eso para pedir esta entrevista, no quiero que crea que suelo utilizar las influencias de mi padre para conseguir lo que quiero— Las palabras de aquella chica sonaban sinceras.

— ¿Sabe? Muy pocas veces he entrevistado a alguien tan autentica, que no viene aquí a presumir su coeficiente, sus reconocimientos o el puesto que su padre tiene. Pero me temo que no puedo aceptarla —el rostro acartonado de la señora reflejaba pena.

—Por favor deme una oportunidad ¡Se lo pido! —Carly estaba en verdad desesperada por entrar, todas sus esperanzas estaban en poder entrar a esa academia.

—Si la situación fuese diferente, créame que la aceptaría sin pensarlo pero como esta institución es solo para varones —explicó.

—Oh, así que, era en serio ¿Aún existen esas cosas? Creí que eran del siglo pasado —dijo Carly muy apenada mientras se disponía a salir de inmediato de la oficina.

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