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23 de mayo 1852

No hay palabras que encajen para describirla. Todavía no puedo creer en mis propios ojos.

Estoy escribiendo tan rápido como la tinta me lo permite, pero no es lo suficientemente 

rápido. Desde la primera vez que la vi, siento como si fuera a reventar.

Algo se ha apoderado de mí, algo demasiado grande para que pueda llevar mi cuerpo, y 

tengo que liberarlo o perecer.

Nunca he sido uno de los que exageran, así que por favor no lo tomen como una 

exageración. Tan pronto como la vi, yo estaba enamorado, terriblemente, 

profundamente, de manera irrevocable en el amor. Era como si mi propósito en la vida de 

pronto se hizo evidente, como si cada momento antes de ella sólo ocurrió para que yo 

pudiera verla, estar cerca de ella, la amo.

Nada en la vida ha tenido nunca tanto sentido como esto.

Quiero correr a las colinas, subir a los tejados, cantando su nombre una y otra vez. Elise, 

Elise, mi amor, mi verdad.

Todo este tiempo he estado aquí, viajando con Ezra, y no la había visto. Nosotros hemos 

recorrido cada pedacito de campo de toda Irlanda, pero de alguna manera, la echaba de 

menos. Como si hubiera estado escondida, un tesoro escondido como una olla de oro.

La culpa que he sentido estos últimos dos años, finalmente ha desaparecido, al igual que 

el peso de los hombros. Porque no hay nada acerca de mí que pueda ser tan horrible 

como he

imaginado, como he temido. Ninguna criatura como Elise jamás hablaría conmigo si fuera 

un monstruo.

Quiero escribir exactamente como la encontré, precisamente como sucedió, para recordar 

este día para siempre, con perfecta claridad. Incluso en estas hojas mañana, podrían vivir 

para siempre esta reunión, en este un día hermoso, perfecto. Así no lo puedo olvidar. No 

lo haré.

Ezra y yo hemos estado alojados en el campo, prefiriendo los pequeños pueblos a las 

ciudades. Las áreas rurales han visto lo peor de la hambruna, y es por eso que vinimos

aquí, en primer lugar. Ezra había recibido noticias de la devastación en Irlanda, de todas 

las personas que mueren de hambre.

Después de algún debate, Ezra decidió que debíamos venir. Estaríamos haciendo un favor 

a la gente, ayudando a aliviar su sufrimiento.

Las cosas eran aún peor de lo que esperábamos. Los niños tan pequeños y frágiles tenían

los vientres redondos y distendidos. Los campos llenos de podredumbre, apestando a las 

patatas.Cuerpos apilados a lo largo de la carretera. Las moscas en enjambres, eran las únicas cosas 

que prosperan en este clima.

Bueno... tal vez no lo único.

Al principio, yo estaba en contra de la idea. Era lo opuesto a todo lo que Ezra nunca me 

Lazos de sangre - Carta a Elise. 4-5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora