Corazón delator #¿OOA?

4.-Hechos no palabras.

Me desperté por el sonido del tono de llamada de mi celular. Puto lunes.

-¿Hola?- dije con los ojos cerrados.

-Hola.- contestó feliz.

-¿Qué pasa?- pregunte sentándome en la cama.

-Es hora de levantarte.- dijo y podría apostar a que estaba sonriendo.

-No quiero ir a la universidad... solo tengo una clase.- dije riendo.

-Ummh... ¿Qué haremos contigo?- pregunto con voz ronca.

-Tú no harás nada conmigo.- dije sonriendo.

-¿Ah, sí?- pregunto y el timbre sonó.

-Dame un segundo.- dije e iba a cortar pero él siguió hablando.

-No me cortes, por favor.- susurro y yo me levante de la cama.

-Está bien... no cortare.- dije y ya iba en la sala.

-Gracias, que linda.- dijo y un rubor corrió por mis mejillas.

-Gracias.- dije abriendo la puerta.

-De nada.- contestó frente a mí.

-Ay, no. Largo.- dije e iba a cerrar la puerta pero él puso su brazo, entro y cerró la puerta.- Peter.- dije con tono de reproche.

-¿Qué?- preguntó con una sonrisa retorcida mientras se acercaba a mí.

-Y-ya ba... basta.- dije retrocediendo torpemente.

-No quieres que pare.-dijo y mi respiración comenzó a acelerarse.

-Hablo... en serio.- dije retrocediendo pero choque con la mesa.

-El juego termino.- dijo y me tomo entre sus brazos en un abrazo apretado, lo bese sin tocarlo, debía resistir maldita sea, sus manos bajaron hasta mi trasero y lo apretó. Me estaba provocando. Debía resistir.- Sophía, por favor.- jadeo rosando mis labios.

-El juego aún no ha comenzado.- dije sonriendo.

-¿Qué quieres?- pregunto desesperado.- dime y lo hago.- concluyo mirándome a los ojos.

-Quiero volver a confiar en ti, Peter.- dije con una media sonrisa.

-¿Y qué debo hacer?- pregunto suplicando.

-Yo no lo sé.- conteste separándome de él.

-Espera.- dijo y fue a la cocina. Sacó muchas cosas y yo observaba cada movimiento.- ¿Puedes ir a ver televisión?- pregunto concentrado en lo que hacía.

-No quiero.- conteste sonriendo.

-Por favor.- suplico mirándome como un bebe. Rodé los ojos y fui a ver televisión.

***

-¿Por qué todos cocinan menos yo?- pregunte mirando la gran variedad de comida.

-No lo sé.- dijo sentándose a mi lado.

-¿Quieres que vuelva a confiar en ti solo con esto?- pregunte frunciendo el ceño levemente, pero con una sonrisa.

-Mmh... por ahora, sí.- dijo sonriendo.- Además ya te explique que ocurrió... no fue mi culpa.- dijo sacando mi pan y comiendo un poco.

-Oye. Eso es mío.- dije con el ceño fruncido, él me miro y sonrió con su sonrisa retorcida.

***

-Peter... creo que esto es muy rápido.- dije dejando el vaso en la mesa.

-¿Por qué?- pregunto con el ceño fruncido.