Sinapsis

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*La llegada a la universidad*
Estoy nerviosa, tengo miedo. Una opresión en el pecho no me deja respirar, estoy perdiendo todo el aire de mis pulmones, abro mi boca y trato de respirar, pero más rapido se escapa el aire de mis pulmones. Comienzo a respirar con dificultad, trato de caminar pero todo el piso se mueve bajo de mí...

-Oye ¿Estas bien?-pregunta un chico rubio frente a mí.- ¡hey!- dice moviendome de los hombros. Mi vista se nubla y la voz del chico cada vez la escucho más lejos, lo ultimo que senti es que él me tomaba en sus brazos.

***

Abro mis ojos y la luz del día me cega, pestañeo un par de veces tratando de acostumbrarme, miro a los lados y ahí esta ese chico, sonriendome, como si miraba la octava maravilla del mundo, es... Raro. Y me pone nerviosa.

-Eh...-digo, pero me callo, tratando de ordenar las ideas que hay en mi cabeza.

-Tranquila, te desmayaste, te traje aquí, no te hice nada y pues he estado esperando a que despiertes, si quieres te puedo acompañar a tu clase, o a buscar tu horario...-dijo para terminar sonriendo ¿acaso no sabe hacer mada más?

-Gracias...-mascullo.- que considerado.-digo con una mueca, intento de sonrisa.

-¿Como te llamas?- pregunta el chico, sonriendo. Agh, que desesperante.

-Sophía.- digo mientras me levanto y bajo de la camilla blanca.-¿y tu?- pregunto con el ceño fruncido por el mareo que me produjo bajar.

-Andrew...- dice sonriendo coquetamente.

-Vale.- dije cortante saliendo de la habitación.

Comence a caminar buscando la oficina para prenguntar donde queda la sala de clases a la que debo asistir.

***

-Gracias.- dije sonriendo mientras me daba la vuelta para ir a mi primera clase.

Camine un poco y encontre la sala, toque a la puerta y la abri, un señor, bastante viejo, con una mirada malhumorada me observaba con el ceño fruncido.

-Permiso.- dije entrando con un gesto de disculpas.

-Bueno, como iba diciendo...-comenzo a hablar el profesor.

No he comenzado bien mi año.

5 Meses después

-Andrew, ya basta no es chistoso.- dije sonriendo.

-¿Y por qué sonries?-pregunta Andrew sonriente, como siempre.

-Era demasiado estupido el chiste... Eres un imbécil.- dije con sinceridad.

-Vaya... Eso dolió.- dijo Andrew y yo reí. Qué puedo decir... es un chico persistente.

Corazón delator #¿OOA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora