Capítulo 3: Mi sensei, ¿Mi enamorado?

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Se dio media vuelta terminando de ordenar pero no pudo avanzar ni un paso viendo a Saitama estar a una escasa distancia de donde él estaba.

¿Necesita algo sen-


No pudo terminar de hacer su pregunta cuando sintió el brazo del héroe pasar a un lado de su rostro impactando contra la pared detrás de él logrando casi destruirla.

"Oh que bestia" -pensó de sí mismo, ahora debía ser precavido pero al estar nervioso no midió su fuerza aunque de todas formas logró acorralar al cyborg, este no podría retroceder sin chocar contra la mesada a sus espaldas-


Definitivamente no era bueno en eso, por puro impulso se abalanzo contra Genos pero no pensó que haría o diría después de hacerlo por lo que sólo fingía "seriedad" al verle aproximando su rostro al contrario, quería saber cómo se sentía besar esos labios "¿se sentirá como besar a una persona de carne y hueso o un poco más diferente?" -por más extraño que hace poco le pareciera -.


-Genos yo...

Comenzó a sonar el celular del joven cyborg interrumpiendo la atmósfera que con valor apenas logró armar el héroe quedándose de piedra en el lugar.


-¿Si? ... Ya veo. Si, entiendo no se preocupe en ese caso iré de inmediato.

Cortó la llamada volviendo su rostro a Saitama.


-Disculpe Sensei el Doctor Kuseno me ha pedido que vaya, tiene un prototipo que quiere probar en mí así que debo ir ¿Iba a decirme algo?


-No... ve tranquilo...


-Si.


Genos pasó a un lado de este para luego salir del departamento dejando a Saitama -quien seguía en la cocina con una mirada perdida en la misma posición- aún con la mano estampada en la pared donde minutos antes había planeado hacer algún movimiento en el cyborg, estaba decidido pero...


-¡¡¡AAAAAHHHH!!! ¿¡Justo ahora!? ¡Maldita sea!


Saco su mano de un tirón dejando caer más pedazos de la pared destruida al suelo, más tarde se ocuparía de arreglarlo. Ahora sólo quería aprovechar la soledad en la que estaba para leer cualquier manga que tuviese por ahí tirado, debía calmarse.

Estuvo así casi todo el día hasta que en un momento se comenzó a impacientar dándole un tic en la pierna, eran las diez de la noche y ni rastro de Genos ¿Qué tanto prototipo iba a probar ese Doctor en él? Sabía por palabras del menor que Kuseno posee un gran intelecto habiendo creado un cuerpo cyborg por su cuenta.

Tal vez exageraba por lo que se dispuso a calentar el Udon que compraron ese día, con pereza se levanto del lugar no avanzo mucho deteniéndose al oír la puerta abrirse.


-Llegué sensei.


-¿Dónde estabas?


-Le dije que fui con el Doctor Kuseno.


La calvicie no es un impedimento para amar.  Saitama: ¡Oi! ¬¬*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora