Herida.

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Sin que los humanos sepan existen criaturas entre ellos, ángeles que cuidan de ellos y que custodian a los demonios, quienes asechan constantemente a la humanidad. Entre los demonios existen dinastías desde hace miles y miles de años, una de éstas es la Uchiha, prestigiosa y famosa, sus demonios son de los más poderosos y supuestamente de los más despiadados.

-Sasuke tienes que irte.- Itachi habló en voz baja, Sasuke había cometido un grave error, algo imperdonable que lo exiliaría seguramente en cualquier otra dinastía pero dentro de las más poderosas un error como ese significaba mucho más, manchando el nombre de la familia su merecido era nada más y nada menos que la muerte.

-¿No me odias?.- Preguntó Sasuke a su hermano, mirando con sus ojos penetrantes, serio y frío.

-No... Tu sabes que no soy como ellos. Ahora vete, escondete y cuidate mucho, Sasuke.- Itachi abrazó a su hermano menor, el no creía en las tonterías por las que se guiaban los demonios viejos, reglas de miles de años que los apresaban a esas vidas demoníacas. Sasuke dejó ver sus alas, las plumas negras se movieron con elegancia y se desplegaron sin problemas. Sasuke se fue, emprendiendo un vuelo rápido y cuidadoso, sus padres no quitarían el castigo incluso si se exiliaba el mismo, no... Para ellos sólo le quedaba la muerte y nada más que eso.

-¡Ahí va, no dejen que escape!.- Gritó uno de los guardias.

"Mierda..."

Sasuke emprendió un vuelo más rápido, era más poderoso que ellos pero venían demasiados y en la parte frontal estaba su padre.

-Acepta tu castigo, Sasuke, no puedes huir.-

El demonio no se detuvo a charlar, tenía que escapar, los guardias eran una cosa pero si su padre les acompañaba la oportunidad de pelear y salir con vida era casi nula.
Sin siquiera mirar atrás se metió entre los árboles de un bosque, adentrándose en el lugar para perder aunque fuese por unos segundos a sus verdugos.

-¡Sasuke!... -El sonido se hacía más débil. Pudo perderlos. Bajó a la rama de uno de los árboles y dibujó en éste un pentagrama con las coordenadas hacia el mundo humano, era el único lugar al que podía ir por ahora. Mordió su dedo y dejó la sangre caer sobre el círculo mágico pero en la espera de que éste se abriera algo lo empujó contra otro árbol.

-Ni creas que podrás escapar.-

Sasuke miró a su alrededor, estaba rodeado nuevamente. Su padre intentó atacarlo pero logró esquivar el primer golpe.

"Todavía puedo salir de aquí, sólo necesito llegar ahí"

El portal seguía abierto, volvieron a atacarle ésta vez entre al menos cinco de los guardias, Sasuke fácilmente les derrotó y usó su ataque para generar una capa de humo densa.

"¡Ahora!"

Aprovechó la poca visión para ir hacia su portal pero nuevamente alguien detuvo su huida, su padre había logrado alcanzarle, las bolas de fuego se hicieron presente, los rayos y múltiples ataques, más de uno le llegó a Sasuke pero uno de esos logró darle en el ala, un arma especializada cortó parte de su ala derecha y alcanzó a cortar en uno de sus costados, aún así, logró entrar al portal cerrándolo de inmediato.

El lugar de los demonios estaba bajo la tierra, así que "afortunadamente" quedó en el suelo y no cayendo miles de metros como los ángeles.

-Tsk... -Chasqueo la lengua, su regeneración rápida no funcionaba con ese tipo de heridas, el arma que había utilizado su padre era especial para la matanza de criaturas como demonios.

-Oye... ¿Estás bien?.-

"No puedo esconder bien mis alas así... Mierda"

-¡Estás sangrando!.- El chico se acercó y se agachó frente al demonio, por suerte estaba en un callejón solitario y nadie más le había visto.

-¡Sueltame!.- Sasuke levantó la mirada cuando el joven iba a tocar la ropa manchada en sangre pero su expresión de furia cambio de inmediato al ver los ojos azules y el cabello rubio justo frente a sus ojos.

"No puede ser... De todas las personas que podrían haberme encontrado... ¿Qué hace Naruto aquí?"

-Ven... Dejame ayudarte.- Naruto ayudó a Sasuke a levantarse. Era de noche, no sería difícil llevarlo hasta su casa sin que les vieran.

-¿No estás asustado?.- Naruto le miró con una expresión un tanto triste, el realmente no temía a los demonios, incluso siendo un ángel.

Negó con la cabeza.- ¿Y tú?.-

-¡Por supuesto que no! Hm... .- Sasuke tocó su herida. No dejaba de sangrar, ni el ala ni el costado de su abdomen que tenía el corte.

"Si sigue sangrando terminaré muerto de todas formas"

-No te muevas.- Naruto se quitó la camisa que llevaba, quedándose con una camiseta nada más. Presionó la tela donde escurría la sangre e intentó utilizar sus poderes para curar la herida, para su sorpresa apenas se rehizo una pequeña marte de las células.

-Idiota, no es ese tipo de heridas...- Se quejó Sasuke. Naruto le miró desconcertado.

-¡Oye espera!.- No alcanzó a hacer más cuando Sasuke de un segundo a otro perdió la conciencia. Sus alas volvieron a su cuerpo ante la falta de energía pero ese no era el verdadero problema... Naruto no podía dejarle ahí pero era peligroso llevarlo a su casa, el consejo de ángeles lo asesinaría si se llegaban a enterar que cuidaba de un demonio, aún así no podía dejarle ahí... Y mucho menos llamar al consejo para notificarlo, ese destino seguramente sería todavía peor que quedarse tirado en un callejón, ahora sólo quedaba una opción...


"Siempre había querido escribir una historia de demonios y ángeles. El capítulo es algo corto pero los siguientes serán más largos.
Gracias por leer, no olviden votar y comentar que les pareció. Nos leemos luego~"

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