En tus manos.

Informante.

Hola, hola~ Sé que tardé un poco más con éste capítulo pero ya saben~ La locura de Navidad no me dajaba escribir -3- además con lo del proceso de postulacion a universidades y todo eso ps estaba enloqueciendo -.-u
Mejor ya les dejo leer el capitulo :3 Disfruten~

POV Naruto

Había pasado casi una semana desde que Sasuke estaba en mi casa, sus heridas sanaban lentamente, todavía no me decía como se las había hecho y me intrigaba bastante... Al menos ya me estaba acostumbrado a el y su actitud juguetona.
Un día me llegó información sobre mi próximo trabajo como guía de espíritus, lo que significaba la pronta muerte de algún humano.

-¿Y eso?.- Preguntó Sasuke apareciendo tras de mi y quitándome el documento con la información.

-¡Hey!.- Intenté arrebatárselo pero, a pesar de estar herido era bastante rápido.

-¿Quien es? No sabía que eras un acosador.-

-No soy un acosador, es trabajo.- Le quité por fin la carpeta con los papeles y los revisé una vez más, sería pronto.

-¿Trabajo?... Que aburrido, tengo hambre. Alimentame, Naruto.- Hizo una expresión un tanto infantil a lo que no pude evitar sonreír.

-No soy una sirvienta... -Dejé los papeles a un lado y fui a la cocina.

-Te verías lindo de sirvienta.- Intenté omitir ese comentario pero que bah... De todos modos terminé lanzándole un tomate desde la cocina, el por supuesto logró agarrarlo antes de que le diera en la cara pero supongo que entendió el mensaje.

-A veces creo que el demonio eres tu.- Sasuke mordió el tomate y un poco del jugo cayó en su camiseta.

-Ah~ acababa de lavarla, Sasuke.- Dije al volver con algunos bocadillos y observar la mancha.

-Lo siento.- No se si hizo eso porque sabía lo que pasaría o porque realmente no lo sabía pero pasó sus dedos sobre la mancha y ésta se expandió.

-Mejor quitatela, ponte una de las mías...- Un tic me apareció en la ceja.

-No te preocupes, el blanco no me va... La lavaré yo mismo.- Se fue al cuarto de lavado y en menos de cinco segundos sentí una especie de explosión ahí.

-¡Sasuke!.- Dejé las cosas sobre la mesa y corrí de inmediato a ver que ocurría. La habitación estaba echa un desastre, la lavadora echaba burbujas por todos lados y no se detenía.
-¿Que hiciste!?.- Pregunté intentando apretar los botones para que dejase de funcionar.

-No se, yo no fui.- ¿Enserio? Ni me di tiempo de responder a eso, hice lo que pude hasta que la lavadora por fin salió de la maldición de ese demonio tonto y quedó todo en calma.

-¿Acaso nunca lavaste algo en tu vida?.- Pregunté dejándome caer en medio de las burbujas.

-No.-

-¿En serio?.-

-Mi familia tiene sirvientes que hacen todo eso por nosotros, no necesitaba lavar siquiera un plato.- ¿Entonces era una especie de demonio rico o algo así?

Al verle estaba quitándose los pantalones y la ropa interior.

-¡¿Que haces?!.-

-Estoy lleno de detergente y debo lavar mi ropa, tomaré una ducha.- Dijo como si fuera lo más normal del mundo.

-¡Pero el baño está allá! ¡No andes desnudo por la casa!.-

-Pero la lavadora está aquí, ¿Por qué no poner la ropa de inmediato aquí. Además ¿No te gusta lo que ves?.- Sonrió con suficiencia. Desvié mi mirada y le lancé alguna cosa que estuviera a mi alcance, alguna ropa mojada que estaba por ahí y que seguramente estaba limpia y tendría que lavar de nuevo.