Cena

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Peligrosos ojos dorados miraron a la pareja recién ingresada a su mansión, el rostro estoico de richter permanecía sin emoción y la mujer sólo le dio una mirada antes de tratar de ignorarlo.
Pequeña lizzie-chan, tu negatividad sólo te hace aún más deseable pensó karl.
Cordial y tratando de mantener su expresión saludo a los recién ingresados y les invitó a pasar al comedor, sus dos esposas y su hermana les esperaban, así como los pequeños shuu y reiji que no rebasaban el año y medio.
Las miradas de desagrado no se hicieron esperar por parte de Cordelia y así las de Elizabeth. Beatrix noto la tensión entre ambas y río por lo bajo, disfrutando que alguien más odiara tanto como ella a Cordelia.
Christa por su parte estaba a feliz de ver a su hermano mayor e ignoro a las mujeres.
Sin embargo antes de sentarse a cenar, Cordelia había tomada el asiento frente a Richter y mientras los demás comían sin siquiera hablar, ella comenzó con sus roces, con la pierna bajo el comedor, empezó su provocación hacia el de ojos carmesí ganando miradas de dicho varón.
Y en su mundo de ensueño Elizabeth miro con envidia pura los hijos de Beatrix, era tan malo no haber tenido los suyos propios.
Para el ojo salvaje de Karl,no fue desapercibido y rio ante la actitud y pucheros de la mujer. La mujer conocida como rosa blanca también lo notó y sintió lástima por la que era su otra hermana en ley, pero era asunto de su hermano de todos modos.
Elizabeth no pudo evitar morderse la mejilla al mirar el favoritismo de la rubia hacia su hijo mayor y el notable rechazó y abandonó que le deba a su segundo hijo, ¿como podía hacerlo? Un acto tan vil, tan insensato, el hecho de que fueran seres despreciables no significaba ser así con los de tu propia sangre y valla que le había costado entenderlo.
Con desaprobación comió sin dejar de mirar al moreno que seguramente sería una amenaza para beatrix después.
La cena transcurrió lo más normal posible y cuando terminaron tomaron el té fuera, la noche les favorecía con una luna resplandeciente dado que el día siguiente sería luna llena.
Las tazas de té humeante hicieron su aparición y todos las tomaron con agrado, el pequeño Reiji se había acercado a Beatrix con cuidado, como queriendo ser parte así como Shuu, pero el desagrado de la mujer le hizo arrepentirse y quedarse lejos, con ojos llenos de tristeza.
No pudo más y dejando su lugar tomó en brazos al pequeño dándole ligeramente el abrazo de la muerte.
El niño estaba aterrado en un principio pero se relajo al sentir la comodidad de estar entre los brazos de alguien.
La mujer estaba feliz al no ser rechazada y con cuidado les alejó de los demás que tenían miradas insólitas.
Reiji alzó la vista del codo pecho para hacer frente a unos grandes ojos azules más profundos y oscuros que los de su madre, llenos de miles de sentimientos y brillantes en amor.
Cosa que le confundió, como podía esta persona, su tía, darle cariño, si era la primera vez que estaban tan cerca.
Confundido y sintiendo un calor extraño en su cuerpo se dejó caer nuevamente en su pecho antes de suspirar en el confort.
Dada la linda escena karl, pensaba di aplaudir la audacia de la morena o reírse, esa mujer le daba cada sorpresa y la cara de Beatrix no tenía precio, ni con Cordelia ponía tales ojos como los que le dio en un principio.
Richter en su facha de marido cariñoso, se acercó a su mujer y colocando un suave beso en el hombre cubierto abrazo a la mujer por detrás, haciéndole saber su preocupación.
Ella le dio una triste mirada, con la que exigía no solamente sus hijos si no una parte de el.
El estaba desagradado ante la idea, no quería intimar con Elizabeth, el sólo quería estar con Cordelia de aquella forma, pero esos ojos azules hechizantes peligrosos y aquel hombre, su hermano, el padre de la mujer, sólo había una salida para salirse con la suya y conseguir su plan en marcha.
- oh, parece que Elizabeth se esta volviendo loca, tan mal desea un hijo~ comentó con desagrado la de ojos verdes.
Esto era lo último que le pasaba, mataría a la perra de una vez por todas....
Cambiare un poco, la historia de karl con sus esposas :P sólo el tiempo ya luego seguirá lo más normal posible.
Por cierto el padre de Elizabeth lo tomó como uno de los cuatro jinetes del apocalipsis y pues el tío es otro de los jinetes.
Tengo otro voto y este emitido por:
Antoneko168
Muchas gracias y saludos.

La esposa desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora