Especial 0.1

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Richter apareció de la nada acercándose de manera sigilosa a la mujer que felizmente estaba tomando su te, su estómago era ya visible y su vestido azul no lo escondía mucho, con largas zancadas se acercó pero incluso antes de que pusiera su mano en el hombro de la mujer esta con una mirada de fiera cogió su mano y literal lo estrelló contra una de las paredes.
Richter se tambaleó al levantarse y miró extrañado a la mujer delante suyo.
-Elizabeth que es lo que-
-¡callate sucio vampiro! ¡A partir de ahora las cosas cambiaran!- gruñó con una mirada demasiado peligrosa.
El peli-verde trago saliva antes de retroceder de la mujer.
-¡estoy tan cansada de ti! - fulminó y de repente tenía su mano en su cuello.
El fleco de la mujer callo frente a sus ojos y de pronto su agarre aflojó y los ojos fieros fueron remplazados por unos dulces ojos llenos de lágrimas.
-es..es sólo que...¡tu no me quieres!- chillo antes de correr a su habitación.
¿Que demonios le había sucedido? ¿El embarazo?
Richter se transportó a la habitación solo para encontrar hecha bola en la esquina a su mujer con la cara enterrada en una almohada.
- hay algo que puedo hacer por ti, Elizabeth querida- preguntó dulce tratando de acercarse a la mujer.
Ella le lanzó la almohada y le volvió a gritar.
-¿es..es porque yo no tengo los senos de globo?- cuestionó llevando sus manos a sus pechos.
- acaso es mi cabello, porque no es morado- grito antes de tomar uno de sus mechones negros - oh ¡simplemente es porque no me case con karl!- gruñó furiosa.
Una gota de agua bajaba de la cien de de richter al ver a la mujer.
Richter río y se acercó a ella tomándola en brazos y sentándola en su regazo una vez establecidos en su cama beso su cabello y tomó sus manos entre las suyas.
-me gusta tu cabello....tu pecho....- gruñó seductor al llevar en un acto pervertido su mano a uno de sus senos.
- y no me gustaría verte con--- fue abruptamente interrumpido por una voz desde la puerta.
-ah! Escuche mi nombre y la palabra matrimonio- como una luz blanca tomó a la mujer del regazo de su hermano y tomó sus manos entre las suyas.
-oh, no pensé que aceptarías, ¡todavía podemos casarnos y tener más niños!- pronunció de manera vil.
Los ojos de la mujer oscurecieron otra vez e incluso antes que ella desprendiera un aura asesina lo hizo richter.

La esposa desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora