Pandora se empezaba a impacientar. Gloria tendría que haber llegado hace casi dos horas, y sin embargo, ella todavía no estaba allí.
Dejó que su cuerpo cayese en el sillón del salón; intentó hacer telequinesis para coger el mando a distancia, cosa que no consiguió, así que, resignada, decidió echarse una siesta.
-¿Se puede saber dónde has estado? -Pandora sentía que hablaba a su amiga como si de su madre se tratase. Lo sentía constantemente.
-No es de tu incumbencia -le soltó-, mamá -añadió, mientras ponía los ojos en blanco.
-Me has asustado.
-Yo sí que estoy asustada de que empieces a hablarme como si fuese tu hija.
-¿Dónde vas estos momentos en los que desapareces?
-Es un secreto.
-Pues dímelo.
-Si te lo dijera, ya no sería un secreto. Y tú serías una cotilla. Oh, espera, que ya lo eres.
Pandora se rindió, golpeándole el hombro, sin fuerzas.
-No soy cotilla -se defendió.
-Tienes cuatro colecciones de distintas revistas del Corazón.
-Me gustan las revistas.
-Del Corazón.
-Pues sí.
-Cotilla.
-Ugh, cállate -Gloria se rió, dejando abandonada a Pandora, ya que se fue a la cocina.
Odiaba entrar en la cocina. Estaba todo tan meticulosamente colocado en su lugar. Todo tan limpio. Todo tan perfecto. Así le gustaba que estuviese la cocina Pandora. Así le gustaba que estuviese la cocina su madre.
Odiaba entrar en la cocina. Odiaba todo lo que le recordase a su madre. Odiaba recordar a su madre. Odiaba llorar por su madre. Odiaba deprimirse durante días por su madre. La loca de su madre.
Los locos eran los putos humanos, no ella.
Luke quedó sorprendido hacia la aparición de Gloria. Nunca había visto a nadie adentrarse en ese espeso y frío bosque. Y lo que le dejó más sorprendido de todo, es que, en vez de salir huyendo, como todos hacían, le había dicho ''adiós'' retirándose rápidamente. No recordaba la última vez que alguien se había despedido de él. Por no señalar la extraña película reflejada en el lago. No era sólo ella. Todo irradiaba luz, una luz que no se veía, pero si se sentía. Sin embargo, cuando él se asomó allí, vio oscuridad.
No le había costado demasiado mentalizarse de que no era ni humano ni algo bueno. Que él supiera, no era un monstruo, al menos físicamente.
Le gustaba fantasear en el día en el que despertase, como si todo hubiese sido una pesadilla, que él en realidad era un niño pequeño y sus padres le querían como todos los padres solían querer a sus hijos. Le gustaba fantasear, sí, aunque él sabía que nunca iba a suceder. Y eso era muy triste.
Su mayor diversión eran las flores. No las había en grandes cantidades, así que, cada vez que veía una, hacía una fotografía en su memoria, con la esperanza de que nunca desapareciese de ella. Le parecía una crueldad arrancar alguna y disecarla, ya que seguramente fuesen autóctonas y si hiciese eso, rompería su cadena.
Eran tan bonitas, al contrario de él. Cada vez que veía su reflejo sólo veía a alguien -o a algo- horrible.
El paisaje era tan bonito y tan limpio.
Todo estaba tan intacto, y él tan roto.

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part ii
Фанфикwhat a shame, what a shame we all remain such fragile broken things a beauty half betrayed, butterflies with punctured wings empezada 23.09.2015 todos los derechos reservados. cualquier copia, adaptación o traducción no está permitida sin el permiso...