Capítulo 2

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La muñequita me mira sin saber que decir o hacer, en ese momento me siento tan estúpido por haber hecho eso - o al menos por haberlo intentado - sus ojos se ven tan hermosos como en el parque - algo me dice que esta noche será interesante.

-Principito no te sale el sarcasmo - mientras se pone tensa

- en ese caso deberías ser mi profesora particular de sarcasmo - Se acerca un el señor con mi pedido

-Joven pensé que usted... -lo detengo para hablar

-Quiero el pedido aquí, gracias - sin dejar de mirar los ojos a la muñequita

-Como usted diga joven - esboza una sonrisa

La muñequita toma un poco de vino y saca su libro sin tomar en cuenta que aún seguía ahí observando casa gesto que hacía.

-Te gusta ese libro - rompo el silencio incómodo - ¿cómo se llama?

-Me encanta, ¿acaso no has leído ciudades de papel? - me mira frunciendo el ceño

- A decir verdad, no lo he leído - la muñequita me mira con un gesto de desprecio - pero si quieres lo leeré

-No digas que leerás para impresionarme como han hecho muchos hombres, hazlo porque te nace leer, porque quieres saber más.

Sus palabras me conmocionaron y me di cuenta de que Claudia es una chica muy inteligente.

-Inteligente y hermosa, cada vez me sorprendes más - mientras le quitó el libro y sus ojos verdes me quedan mirando fijamente, ésta molesta porque le quité el libro

-Serás muy guapo, pero sigues siendo un patán - siento un dolor cuando dice eso

-¿piensas que soy guapo? - me pongo tenso y luego aclaró mi voz - pues si lo soy, soy muy guapo - respondo con ironía

Hace un esfuerzo por no molestarse - Claro que no, lo dije por cortesía

-¿Qué haces en la ciudad? y no quiero sarcasmo - quería saber más sobre ella

-tuve que venir porque mi madre quería que la visite, además tengo que cerrar un trató acá y la verdad solo vine por eso

-¿te importan más los negocios que tu familia? - me quede sorprendido

-Puede ser, ella nunca me cuidó y ahora quiere que yo la cuidé a ella - se pasa su cabello por su oído - vaya madre la mía

-Al menos tienes una - conteste en un tono muy despacio

- Tú... No... - se pone las dos manos en la boca y parece que se siente culpable - Disculpa Valentino, yo no quería...

- La asesinaron hace mucho, tan sólo tenía cinco años cuando todo paso - la miro a esos hermosos ojos verdes y le sonrío - pero todo pasa por algo

-bueno, tienes razón ¿comemos? - un cambio realmente radical

-claro, las damas primero - le hago un asentimiento

-En ese caso tú deberías comer primero - suelta una risa sincera y se ve hermosa al hacerlo

-Muy graciosa - agarró una rebanada de pizza y se la llevó a la boca - tú come primero - esbozo una sonrisa

Claudia aceptó la rebanada de pizza y la noche se pasó volando, con cada palabra que salía de su boca me hacía sentirme demasiado cómodo. Lamentablemente se hizo muy tarde y no iba a dejar que se vaya tan tarde y mucho menos sola.

Te Apuesto Un DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora