"Sin vergüenza"

98 6 2
                                    

Oigo un llanto y veo a mi hermana tirada en el suelo, de inmediato corro hacia ella y ella tiene muchas lagtimas en el rostro y el pelo alborotado, ¿Por qué? se preguntarán, bueno, alguién le dio un balonazo.

-¡Me duele!- Comienzá a llorar con todas sus fuerzas.

-Tranquila, vas a estar bien- Le digo para tranquilizarla, enseguida me levanto y me doy cuenta de que ya no jugan fútbol o bueno casi todos.

-¡¿Quién fue?! ¡Quién le pego a mi hermana?.

El silencio es grande, cuando tres niños de doce años apuntan a otro que esta de espaldas; es alto, de piel blanca, tiene el cabello castaño claro y es delgado.

Me dirijo hacia él, sin poner la más mínima atención.

-¡Gooooooooool!- Gritá, asustandome y aún sin decir nada más, luego me sonríe y me recorta con la mirada.

Suspiro enojada y en ese momento veo sus ojos: marron claro, desafiantes, con un brillo extraño, pero familiar, ya los había visto.

-¡¿Tú le pegaste a mi hermana?!- Digo lo primero que se me viene a la mente, ya que estoy furiosa, pero no puedo dejar de preguntarme ¿Dondé he visto esos ojos?

-Mmm, pues creo que- Dice tocandose la barbilla.- Pero dada la exageración no lo volteé a ver.

Abri los ojos como platos aún mas furiosa.

-¿Qué? ¿Lo notaste y no dejaste de jugar? Porque no...

-Mira niñita- Me señala.- Ella se atravesó en medio de nuestro juego, no es mi CULPA.- Dijó lentamente la palabra culpa.

-No soy niñita...pudiste levantarla o al menos disculparte- Estoy perdiendo la paciencia y para colmo él no deja de sonreír.

-Ja, yo no tengo porque sentirlo-. Definitivamente esa respuesta fue cruel y sin vergüenza.

Claro. Ya lo habia visto antes, pero cuando eramoa niños; mi amiga Vanessa me lo presentó una vez que fuí a su casa, no recuerdo su nombre, pero sí sus ojos, yo tenía alrededor de siete años. Pero...

¿Por qué sus ojos me hicieron recordarlo?

Voltee y me doy cuenta que me está mirando y hablo enojada.

-¿Enserio? ¿Le pegas a una niña de cinco años y no te disculpas? Que buena persona eres- Digo con obvio sarcasmo en mi voz.

-Soy genial, pero nunca dije que buena persona- Me sonríe de la manera más maniática, mientras acerca se cabeza a la mia, agachandose lo suficiente para susurrar-. Lo sabrías si salieras, nunca te he visto por aquí.

-Que inteligente, no la habría pensado- Finjo pensar.- No salgo por personas como tú. Ríe ante mi respuesta.

-Me gusta tu sarcasmo-. Me tocá la barbilla- ¿Qué tal sí lo olvidamos?.-Le sonrio, me volteó y me limito a no contestar.

-Así me gusta- Gritá y ríe, mientras sus amigos tambien ríen.

Avanzo cuidadosamente, me hierve la sangre de coraje, dirijo mi vista hacía atras donde él ya esta de espaldas, con mucho cuidado, tomo una piedra un tanto grande, apunto y la arrojo, está da justo en su pierna, el caé al suelo y grita.

-¡Ahhhh!-. Y eso grito confirmo que di en el blanco, me acerco y él me vé a los ojos con un poco de odio.

-Mmm, te diría lo siento, pero vaya, te atravesaste cuando yo aventaba piedras, por lo tanto no fue culpa mia.

Todos a su alrededor comenzaron a reír y ha codearlo, mientras yo me limite a darme la vuelta por mi jugosa victoria, pero algo no estaba bien, sus ojos claros no dejaban de dar vueltas en mi cabeza y su miarada penetraba en mi mente insistentemente.

*Tiene hermosos ojos*

¿Que rayos? No es cierto

*Aceptalo, te encantaron*

Estas loca
¿Eres mi conciencia?

*No, soy Lola la trailera*
Estás loquita por él.

No se porqué me pense en las típicas historias donde la chica tímida terminaba enamorada del muejeriego, era cliché más conocido y sin embargo yo leía esas historia,  maldita conciencia, ¿No tiene nada mejor que hacer?

Ya lejos de pensar que algun día encontraría a mi príncipe azul, en su caballo o más bien un Mustang negro...¡Por Dios! Que irreal, en primer lugar: el "amor" esa palabra es un auténtico fiasco, en segundo: las personas no cambian, tal vez te hagan creelo, pero no es así y...esperen ¿Por qué diablos hablo de ésto?

Si ese idiota se atrevia a hacerle algo a mi hermana yo golpeo su cara, estoy segura que se vería mejor con un moretón.

Desde muy pequeña me tratarón pésimo mis compañeros...mi abuelo me enseño a no dejar que las cosas me afectarán de esa manera, y yo aprendí que así era.

Todavía lo recuerdo, él era como un padre para mi, fue mi inspiración, mi ejemplo a seguir y el más grande héroe que pude haber conocido.

Desde ese día nunca más me deje de nadie, si intentabán propaparse no los dejaba, e incluso les hacia una llave de lucha libre (o lo intentaba al menos)

Si él creía que me iba a rendir a sus pies, y que era el tipo más guapo de todos, esta muy equivocado, que le vaya a tirar rollo a su...

En el borde de mis pensamientos note que unas niñas se me quedan viendo sorprendidas, claro,debe ser muy normal encontrar a alguien hablando consigo misma y además con su tonta conciencia.

*Te escuché*

-Nunca había visto que alguíen le hablara así- Me dijo una pequeña como de siete años. Me quede sin habla, no entendía que trataba de decirme.

-¿Perdona?

-Te pasaste con el, nadie es así con él. Es guapisimo- Otra niña morena clara, de la misma edad que la otra contestó y yo no podía evitar reír.

*Sabes que es cierto*

¿No tienes nada mejor que hacer?

-"Uy si bien guapo"- Dijó la otra niña que tenia unos ojos verde-azul hermosos.

Y una aqui con sus ojos color marrón.
¡Qué injusta es la vida!

-Está bien guapo y además bien bueno él condenado.

No pude más y estalle a carcajadas, y la niña de ojos bonitos hizo lo mismo que yo, por lo que la otra solo fruncio el seño y comenzó a decir que "si se lo comía" y un montón de cosas no aptas para menores de doce años.

-Tú quieres con todos, no te hagas- Dijó la castaña.

-Claro que no- Se defendió la morena.

-Primero fue Manuel, luego Victor, después Carlos, a no, primero fue Mario, pero...el caso es que te gustan todos.

-No es cierto- Nego la morena.-Falta Gabriel-. Solté una carcajada y me aterre, esa niña o mejor dicho, ese pequeño mounstro había tenido todos esos novios y yo ningúno.

-¿Y para colmo, te gusta mi primo?

Sí hubiese estado comiendo o bebiendo algo, me ahogo y escupo todo. ¡Dijo Primo!

Hasta LuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora