Agradables sorpresas

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Caminé a casa después de literatura y en el camino me crucé a la abuela, casi nunca la visitaba, ella se había distanciado desde la muerte de mamá, esa enfermedad que la fue deteriorando de a poco por dentro aunque ella queria mostrarse fuerte para mi y papá, siempre era así, tan linda por fuera y por dentro, tan sonriente, todo era hermoso para ella, hasta los días mas grises tenían un rayito de sol que se asomaba por las nubes. Pero terminó matándola.
- Franccesa?!- Dijo sorprendida.
-Abuela!- le grité, mientras la abrazaba con todas mis fuerzas. -Te extrañe muchísimo! Por qué no fuiste más a casa?- le dije angustiada.
-Mi pimpollo, yo también te extrañé- murmuró con esa dulce y acojedora voz que tenia. -Lo de tu madre fue...es muy duro para mi, después de todo es mi hija no?, no justifica que de alguna manera los haya abandonado, pero me dolía verlos ahí y notar que faltaba Karen, tu mamá era un ángel, a veces me haces acordar a ella, tal vez por eso también me aleje, me dolía verla a ella en ti, pero saber que ya no esta, que no la voy a poder abrazar, acariciar, aconsejar, escuchar... Pero bueno cambiemos de tema... Vos cómo estas? Tu papá? Los novios?- dijo sonriendo entre lágrimas.
- Te amo abuela, yo estoy bien, voy a ir a visitarte uno de estos días, así me cocinas esa torta que tanto me gusta-
-Obvio que si! Voy a estar esperándote, el abuelo y yo , por supuesto- dijo pellizcando con cariño mi mejilla.
Seguí mi rumbo a casa, otra vez, de nuevo las rutinarias torturas, aveces lo perdono y trato de entenderlo, su amor desapareció de un día al otro, debe ser doloroso, pero no significa que yo tenga que pagar por eso, no es mi culpa, espero que algún día lo entienda y abra los ojos, que sepa que vivo en un infierno del que espero escapar algún dia.
- Qué te dije de hablar con tu abuela?- dijo enojado mientras yo cruzaba la puerta de entrada.
- Y quién te fue con el chusmerio? Además que te importa, es mi abuela y la amo mucho más que a ti, ella no me da puñetazos, me da amor a pesar de las heridas que tiene- grité furiosa. Nunca me había enfrentado así a mi padre, por lo que como era lógico, recibí un puñetazo como de costumbre y me encerré en mi habitación.
Entre sollozos, pensé en el, ese chico de hoy en la cafetaria, aunque quería sacarlo de mi mente, era más fuerte que yo, qué me pasa?, no podía pensar en el, tiene novia, y además no me gustan esos chicos, tan lindos, tan perfectos , con esos ojasos café... Ay basta Franccesca deja de pensar en él!. Me dispuse a dormir cuando suena mi teléfono...un mensaje:

'será tu humildad, tu sencillez o lo autentica que sos, lo que sea qué tengas, me encanta'.

Cuando salga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora