Sobreviviendo a la bestia

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Entramos al salón, teníamos como todos los viernes dos horas de matemática, dos largas y agobiantes horas de esa materia tan odiosa. Yo me sentaba junto a Lourdes, acostumbrabamos a mirar cada segundo que pasaba en un reloj ubicado en la pared que teníamos enfrente, será por eso que todos los años la desaprobabamos; Era nuestro pasatiempo mirar como la delicada aguja de ese blanco reloj nos hablaba con su 'tic tac' 'tic tac', es sorprendente, pero cuando más rápido queres que el tiempo pase, es cuando mas lento se pasa. Y por fin nuestra amiga la campana se dispuso a sonar, a las 10.40 PM como todos los dias, algunos salían corriendo alborotados del salón como si fueran a contarle a su amigo/a eso increíble que les paso o el mas grande chusmerio, otros salían caminando, pero parecieran marionetas manejadas por enormes hilos, arrastrando sus pies, y caminando por que no les queda otra, y después estaban los que como yo, salían caminando tranquilos, sin apuros, quién te corre?. Caminé hasta la cafeteria que estaba inundada de estudiantes, y una voz familiar me llamó:
- Eyy Fraan, vení, dale apurate que se quedan sin pepas!- era Lourdes llamándome desde el kioskito de la cafetaria, estaba esperando su turno para comprar nuestras galletitas preferidas, 'pepas'.
- Yo guardo dos lugares, te espero por allá- le grite desde lejos, señalándole unas sillas que estaban a unos metros. Me senté a esperar a Lourdes, y al correr de unos 10 minutos, un chico alto, morocho, con unos ojos marrones tan grandes como dos bellotas, y para ser sincera, bastante atractivo, se me acercó.
- Te estuve observando, los chicos dicen que sos rara, no hablas mucho y escucharon rumores tuyos no muy agradables- me dijo con una voz grave pero amigable.
- Qqque que, qué dicen de mi?- tartamudie tímidamente.
- Eso no importa, lo que acá realmente importa es lo que yo pienso, pero en fin, mi novia me espera, nos vemos Franccesa.- dijo haciendo un especie de saludo con su cabeza. En eso se acerca Lourdes con una sonrisa de oreja a oreja extendiendo hacia mi las galletitas.
- Te das cuenta no?- me dice sonrojada.
- Qué conseguiste las pepas?.
-No tonta!, ese es Pablo, el que va a sexto, el que sale con la idiota y consentida de Luciana, es hermoso! Que quería?.-
- A si claro, claro- le dije sarcásticamente. - No se , vino y me dijo que sus amigos no se que habían escuchado de mi, pero el pensaba otra cosa, no entendí ni medio, pero me interesa poco y nada lo que digan y piense ese tal Pablo de mi.-
- A mi no me engañas Franccesa, te encanta y lo sabes.- dijo con una mirada cómplice.
- Si me conocieras sabrias que no me gusta este tipo de gente, terminemos esto y vamos al baño que ya tenemos que entrar a literatura.- le dije seriamente.
De camino a mi clase, reflexione lo que me dijo Lourdes, no podia ser, a mi? Gustarme ese idiota? Ni pensarlo! Además ni se fijaría en mi, soy una simple chica con más problemas que amigos.

Cuando salga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora