0, 02

718 53 114
                                    




segundo capítulo








— ¡Deidara! —Su entrenador tronó los dedos llamando por fin la atención del rubio.

— ¡Es que Tobi! —El mencionado apuntaba hacía la puerta del área de entrenamiento donde ahí mismo se podía ver la silueta de un chico llevando una falda de porrista y gritando por el nombre de Deidara— ¡Maldito!, ¡te voy a matar! —No lo pensó ni dos veces para echarse a correr sobre el pelicorto mientras arremangaba las mangas de su chaqueta de fútbol, pero antes de que pudiese alejarse, pasar a lado de Sasuke fue un error, ya que se vio interceptado en el momento en que el azabache le cogió del cuello de la misma chaqueta por atrás; lo jaló y le miró colérico, lo empujó nuevamente hasta su lugar donde todos los jugadores formaban una línea horizontal.

— No estoy para perder el tiempo, imbécil.

Deidara bufó, se acomodó en su posición y susurró por lo bajo lo más parecido a un insulto para moreno. Miró de reojo a Tobi quien reía y juró hacérsela pagar una vez que terminaran.

El instructor Asuma solo se limitó a frotar su sien y soltar un suspiro de resignación.

— ... Ahora, en lo que estábamos —Mantuvo firme posición y dejó sus manos atrás—. El siguiente partido será el inicio de un nuevo marcador. Cinco victorias. Competirán contra Konoha por ellas, deberán ganarle en número de victorias, si les funciona, ustedes podrán decidir entre todos los jugadores quién será el líder que manejará al equipo que irá al torneo, pero, si por el contrario ustedes llegaran a perder, Konoha tendría el control de elegir.

— Eso es absurdo —Soltó Hidan—, siempre lo mismo con el ego de estos dos idiotas, nunca pueden decidirse quién será el líder, ¿por qué no solo hacemos piedra, papel o tijera?, o una serie de penales, ¡más rápido!

— Estás loco si crees que Sasuke lo aceptaría —Comentó Suigetsu— Todos sabemos que él siempre elige piedra...

— Ambos son muy buenos en penales, sería un empate definitivamente —Se escuchó a mitad de la línea de formación a Sasori decir.

— Tsk, no quiero escuchar más los gritos de Sasuke en cada partido, el muy conchudo siempre nos está mandando, que corre por aquí y por allá, más al rato estará pidiéndonos un café y una mamada —Volvió a objetar Hidan en un suspiro y acariciando su frente—. Dios divino, dame paciencia.

— Ya, cállense, no quiero escuchar a más lloricas, así es como se decidió y así es como se hará —Interrumpió a Suigetsu que se veía que tenía las palabras en la lengua, era Asuma quien necesitaba paciencia—. Quiero que combinen hoy el entrenamiento seis y nueve —Aplaudió una vez—. ¡Dispersen! —Todos los jugadores tomaron sus posiciones, y empezaron una serie de brincos mientras movían los brazos de arriba hacía abajo, contando en voz alta del cincuenta hasta el cero.

— Oye, Sasuke, ¿no deberías estar preocupado?, Konoha nos lleva la delantera ahora —Una cabecilla blanquecina susurró a su lado izquierdo.

— Nada saldrá mal.

DuplicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora