Capítulo 3

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Pasamos la gran puerta. Todo parecía indicar que, en efecto, se trataba de una academia. Había alumnos en los salones, todos callados, que era algo raro para la edad que parecía que tenían; ¿12 ó 13, quizás? Seguimos avanzando y escuchando a Michael gritarnos desde atrás.

-¡Sigan derecho, no paren, yo les diré cuando hayamos llegado!- Se escuchaba la voz de Michael Mera, haciendo esfuerzo por cargar las maletas. -¡Ignoren a los NG, ellos no tienen ni idea de lo que es la True Grasa!- Terminó de decir Mera.

-¿NG?- Preguntó Beth.

-New Grasa- Le respondió Michael

Nos detuvimos frente a una oficina pequeña casi en el centro de la Academia. Michael abrió la puerta (que también era corrediza) dejando ver a un chico de unos 23 años que archivaba papeles en un pequeño escritorio. Al escuchar entrar a Michael se levantó y nos saludó.

-Hola, mi nombre es Julius LaCcupa (pronunciarse LaChupa)- Soltó, con una voz temblorosa -Ustedes deben ser D-Derek y Elizabeth-

Le estreché la mano, inmediatamente noté que las tenía heladas como cadáver.

-Bueno Julius, necesito que les proporciones la información que necesiten- Dijo Michael.

Michael salió por la puerta e inmediatamente después de él entró una mujer con gafas, apenas un poco más baja que yo, de tez morena, casi chocando con el escritorio de Julius. Iba tan apresurada que olvidó presentarse (o al menos eso creo).

-Oh, Nadir, al fin llegas, necesito por favor los expedientes de los G-17889 y G-17890- le dijo Julius.

Me separé un poco del escritorio de LaCcupa y me dirigí hacia Chris.

-Oye, güey, ¿que significan esos números?- Le pregunté.

-Es su número de miembro- Me respondió.

Pero, ¿cómo? en las aulas que habíamos pasado no superarían los 700 alumnos.

Estaba por hablar de nuevo con Chris cuando de pronto Nadir se apareció delante de mi.

-Toma, es para ti, la ordené como a ti te gusta- Dijo Nadir.

Al alejarse de mí volvió la cabeza y me lanzó una mirada de coqueteo. Al ver esto Beth la miró, confundida y enojada a la vez.

-¿Ordenada como a mi me gusta?- Me dije para mis adentros.

Al parecer Nadir había estado observando mi expediente, lo que me causó una sensación de miedo y misterio.

Comencé a hojear la carpeta que Nadir me había entregado. Me quedé mudo. Adentro contenía fotos mías, actas de nacimiento, calificaciones de la escuela, listas que decían cuáles eran mis películas favoritas, etc. Más abajo relucía una pequeña tarjeta con una fotografía mía y mis datos, el diseño era simple con una línea dorada vertical y un número. Parecía mucho una de esas tarjetas llave que te dan en los hoteles para abrir tu habitación.

-E-esas son las llaves de sus habitaciones- dijo Julius, entregándome un mapa de las instalaciones. -La localización de ellas se encuentra m-marcada en rojo- soltó, mientras se dirigía a la habitación contigua.

El mapa, mas bien el folleto (porque eso era lo que parecía) estaba un poco arrugado y lleno de polvo, al parecer nadie había recibido uno recientemente.

Revisé el folleto y me di cuenta de que las instalaciones eran bastante grandes, fácilmente el espacio que ocupaba era el de dos escuelas grandes.

El mapa marcaba lo que parecía el fin de toda el área, una pared, ¿acaso es una puta broma?.

Michael Mera entró por la puerta corrediza, haciéndola chirriar. Al parecer la temperatura había descendido, ya que Mera estaba temblando.

-Bueno, chicos, síganme. Los llevaré a sus habitaciones.- Dijo Michael, mientras tomaba un suéter de los lockers de la oficina de LaCcupa.

Salimos de la oficina y al cruzar la puerta observé de reojo algo, o más bien alguien cruzaba de un extremo a otro las instalaciones. Era algo como el puto comprador de poes en Ocarina of Time (que me da miedo, la verdad). Llevaba algo que parecía un cetro, pero examinando a fondo la imagen mental me di cuenta que era una escoba.

Seguimos a Mera a través de toda la Academia hasta el fin, literalmente el fin. Llegamos a una pared gigante, estábamos hasta atrás de todo.

-Bueno, a partir de aquí ustedes dos irán solos. Aquí es donde se quedarán.-

Una vez terminó de decir eso chasqueó los dedos, la pared comenzó a desplazarse como una puerta corrediza (qué pinche obsesión tienen estos putos con las puertas corredizas). Así que la academia era todavía más y más grande, ¿cómo lograron eso?. Lo que había dentro de esas puertas era totalmente diferente a la fachada de la Grasa.

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