Capítulo 5

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Al abrirse las puertas, Beth y yo nos quedamos sorprendidos, estupefactos, pendejos al contemplar lo que se encontraba frente a nuestros ojos.

Edificios con departamentos, tiendas comerciales, oficinas; de todo había ahí, era, en efecto, una ciudad subterránea. Casas y edificios de todos colores se alzaban frente a nosotros, y en el horizonte, se encontraba lo que parecía ser el edificio principal, el más alto de todos, probablemente alguien importante vivía ahí.

El techo estaba cubierto con LED'S azules y mantas blancas, simulando el cielo y las nubes, y una gran LED amarilla se encontraba en un rincón, haciendo de sol. Había muchas personas, todas de nuestra edad, moviéndose de un lado a otro, y lo que me sorprendió aún más, fue el hecho de que hubiera automóviles dentro; eran pequeños, pero se movían bien.

-¿Como lograron esto?- Preguntó Beth, dirigiéndose a Nadir.

Ésta la ignoró.

-¿Como mierda hicieron esto?- Pregunté, esperando que Nadir me respondiera a mi.

-Lo lamento, D, me temo que eso no te lo podré decir- Me respondió.

Beth maldecía entre dientes.

-Espera, ¿volviste a llamar a mi novi...

-Bueno, supongo que quieren bajar a conocer la Grasa- Dijo Nadir, interrumpiendo a Beth.

Nos indicó que avanzaramos hacia un extremo de la plataforma en la que nos encontrábamos, y pude vislumbrar un elevador de cristal. Al acercarnos a el, las puertas se abrieron automáticamente. Entramos al elevador y Beth se aferró a mi brazo. Por un momento olvidé que ella le tenía miedo a los ascensores, ya que una vez se había quedado atascada en uno después de ver una película de terror. El recorrido era de unos 5 o 6 kilómetros. Nos mantuvimos bajando alrededor de 30 minutos en completo silencio, que a veces era interrumpido por las batallas mentales de Nadir, por lo cual se le escapaban algunos insultos a si misma (o eso creo).

Cuando al fin llegamos al suelo, Beth salió rápidamente del ascensor y comenzó a vomitar. Nadir rió en voz baja.

-Oh si, olvidaba decirles que eso podría llegar a suceder- dijo, con un tono burlón que me molestó.

Me acerqué a Beth para sujetarle el cabello.

De pronto, uno de los mini-autos que habíamos visto se detuvo frente a nosotros. De él bajó un chico de color, bien vestido, con una sonrisa de oreja a oreja.

-Nadir, ¿no les diste la píldora para el vómito?- Preguntó.

-E-es que así no sería tan... divertido- Dijo, riéndose.

El chico le entregó unas carpetas a Nadir y se acercó a nosotros.

-Hola, me llamo Ismael- Nos dijo, sonriente.

-Alias: El Negro Frozono- Replicó Nadir, mientras se hechaba a reir.

-No le tomen importancia a ella, está celosa- Dijo Ismael, con aparente molestia hacia Nadir.

Nadir se aclaró la garganta, sonrojada.

-Ustedes deben ser los NG. ¿Saben? No ha habido muchos ingresos, pero de todos modos, aunque hubiera, estamos casi a la capacidad máxima- Nos dijo Frozo... Ismael.

-Y, ¿de cuántas personas es la capacidad de esta... ciudad?- Pregunté.

-500,000 personas. Actualmente hay 432,021 con nosotros- Me respondió.

Me quedé completamente sorprendido.

-Bueno amigos, suban al auto, los llevaré a su departamento- Nos dijo.

Beth y yo subimos al auto de inmediato. Ismael se despidió de Nadir y arrancó. Una vez que nos alejamos de la zona del ascensor comenzó a hablar.

-Mañana a primera hora iran a hablar con Magister, el gran Gordo. Él es el que creó todo lo que ven aquí- Nos dijo.

-¿Y como sabremos a que hora debemos ir?- Preguntó Beth.

Las luces del techo y los relojes de aquí tiene la misma hora de afuera, asi que, si afuera se hace de noche, las luces comenzarán a atenuarse y oscurecerse, como si fuera el cielo de verdad- Le respondió.

Se detuvo frente a un complejo de apartamentos, uno de las decenas de los que habían repartidos por toda la ciudad. Nos indicó que bajaramos del auto y que entraramos. Una vez en la entrada sacó de su bolsillo una llave con el número 284, nos dijo que nuestra departamento se encontraba en el piso 5 y se retiró. Subimos al ascensor y  pulsé el botón con el número 5. Llegamos arriba y vimos que el departamento se encontraba justo delante de las puertas del ascensor. Abrí la puerta y observamos el departamento mediano que nos habían otorgado, bien amueblado, con vidrios grandes que daban hacia afuera, una pequeña cocina y una habitación con una cama matrimonial y, sobre la cama, una pila de ropa de mujer que, probablemente, fué de la persona que estuvo aquí antes de nosotros. Beth estuvo observando la ropa, era de una chica alternative, me gustó el estilo de ropa. La guardó en una bolsa negra plástica y la dejó dentro del pequeño armario.

Nos pasamos toda la tarde y noche pensando sobre cómo sería estar ahí dentro, que debíamos hacer, cuestionándonos sobre si esto afectaría nuestra relación. Dejamos a un lado todo eso y nos fuimos a la cama, en silencio, pensando.



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⏰ Last updated: May 02, 2016 ⏰

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