Cap. 3

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-Fuuu......chan......clack.....fuuu....chan.......chan.........clack

De algún modo ese sonido altero a mi subconsciente porque en lo mas profundo de mi ser, algo empezó a enfurecerse cada vez mas, hasta sacarme de mi sueño.

Abro mis ojos de golpe lo primero que veo es la lanza de ese hombre tan irritante, miro  alrededor y noto que estamos en una cueva, el hombre irritante esta dándome la espalda.

-Lo estas haciendo mal.

Se voltea a verme y deja los dos piedras que estaba golpeando.

-Así que te dignas a despertar.-dice para luego seguir golpeando las piedras.

-Lo estas haciendo mal.- le repito.

-Oye se lo que estoy haciendo.-dice un poco irritado.

-Que lo estas haciendo mal-le vuelvo a repetir. 

 - Sabes si yo no te hubiera rescatado, ahora mismo serias la cena de ese demonio.-espeta molesto, pero a pesar de eso seguía golpeando las piedras.

No le respondí, solo lo miraba, como era que ese hombre pensaba hacer fuego de esa manera tan irritante.

-Lo estas haciendo mal que no lo entiendes!.- le espete.

-Bien, esta bien iré a buscar mas leña, pero tu mujer te encargaras del fuego.- dice ese hombre mientras se levantaba y se va junto a su lanza pero antes de irse se detuvo.- ten úsalo por si algo pasa mientras yo no este.- había sacado un cuchillo de su cinturón y lo puso sobre las piedras que había estado golpeando momentos antes, habiendo hecho eso se va.

pienso por un momento en escapar pero aun no he recuperado mi fuerza y la luna llena esta llegando a su fin eso hace que me cueste mas recuperarme, así que decido quedarme al fin no estoy segura de confiar en este hombre o no pero esperare el momento indicado para escapar  y al cabo ese hombre se había encargado de todo: había encontrado una cueva en la cual podía estar y no se como es que incluso logro cazar un conejo, ahora lo único que hace falta es el fuego, solo me le quede mirando a las dos piedras que ese hombre se había pasado golpeando.



                             *                                                                   *                                                                         * 


-Ya regrese.- dijo el hombre entrando a la cueva.- ahora si vas a disculparte por no poder encender el fueg....-se quedo callado cuando vio la gran llama que se encontraba a mis pies.- ¿Cómo  has podido hacerlo?.- me pregunta pero se quedo estupefacto al ver que el conejo ya se encontraba en las llamas.

-oye, eres increíble.- dice con demasiado asombro como que si le parecía imposible que yo pudiera hacer algo, así que no pienso en responder, se sienta frente al fuego para añadir leña pero al momento que este coloco el primer trozo de leña el fuego se salió de control y casi lo quema en los dedos.
-Maldición.- se queja.

El fuego se comenzó a extender hacia el, pero solo con mirar al fuego hice que se detuviera, la verdad no podía culparlo por querer quemar a ese hombre después de como lo había tratado.

 -¿Quién eres como para que el príncipe Alfredo, me mandara a buscarte ?-solo lo miro así que no es un secuestro, es solo un rescate, sin embargo......no tengo porque hablar con el-¿Enserio no piensas responder a ninguna de mis preguntas?-tampoco le respondo.- Bien, no me tienes confianza, mira será un largo viaje de regreso por ende nos tenemos que llevar bien, así que nos tenemos que tener confianza, mi nombre es Michael de la aldea de los cazadores, mi misión es rescatarte y llevarte de regreso al castillo del Reino de Magnus, por ordenes del príncipe Alfredo. no me dijeron tu nombre solo  me dieron este retrato.- dice sacado de su bolsa del pantalón un retrato en blanco y negro mío .- y que podrías estar cerca del  bosque perdido, con buscarte no tenia problema pero el mayor reto era encontrarte con vida ya que te fuiste de tu aldea hace tres semanas, una persona normal ya habría muerto desde hace mucho tiempo ¿dime como es que lograste sobrevivir mujer?.-me pregunto.

-Deja de decirme ¨mujer¨-le dije molesta.

-Entonces dime tu nombre.-me reto sonriendo con malicia.

Momento de silencio.

-No es necesario.

-Claro que si, por algo te tengo que llamar.-lo pienso por un momento antes de contestar

-Nia.- 

-¿Que dijiste?.- dijo Michael inclinándose para poder oírme mejor.

-Me llamo Nia.-le dije fuerte y claro.

-Bueno Nia ya te hice hablar, es un buen comienzo. A ver traviesa- dice mientras sonreía mostrando sus blancos dientes.- ahora bien ¿Por qué es que el príncipe Alfredo esta interesado en ti como para contratarme e ir a buscarte? la verdad no tengo idea de porque el príncipe  se molestaría en hacer tal cosa , no pareces ser de la realeza y ni de la alta sociedad-dice mientras me mira mis ropas, todas rotas y Andrajosas-pareces ser como cualquier otra mujer.-lo miro feo.- ups.. perdón te miras como cualquier otra chica, pero tengo que aceptar que eres algo linda-dice, mientras trataba de estudiar mi rostro arañado y sucio.- pero no creo que hayas sido capaz de tentar al príncipe Alfredo.

-Eso no es de tu incumbencia.- le espete.

-Eso es cierto.- responde mientras tomaba un trozo de conejo y lo comenzaba a masticar.- come, nos iremos cuando salga el sol, así que será mas difícil que los demonios nos sigan.

Dicho eso agarro un trozo de conejo y comienzo a mordisquearlo. miro por sobre el hombro de este tal Michael para poder escrutar el exterior, puedo distinguir un poco las siluetas de los grandes pinos por los rayos del sol que se colaban por las ramas de los arboles y fueron subiendo los sonidos de la naturaleza que nos rodeaba, un enjambre de chicharras que no se turnaban para sonar, también habían grillos, y lo que despertó mas mis sentidos fue el sonido de agua corriendo, lo que significaba que había un rió cerca, necesitaba ir al agua, cada molécula de mi cuerpo se mueve sin pensarlo dos veces,  me levanto de golpe (con el trozo de carne aun en mis manos), Michael se sobresalta y cuando me dispongo a salir de la cueva me toma del brazo.

 -¿Adonde crees que vas?.- me pregunta sosteniéndome con firmeza.

-Hay un rio cerca necesito ir allí.- le  señalo con la cabeza en dirección al rio.

-¿Un rio cerca? mira lo mejor es comenzar a movernos hacia el bosque de las ninfas, antes que otros demonios nos sigan.- dice mientras iba aflojando su mano.

Necesitaba ir hacia ese rio lo mas rápido posible así que tuve que pensar en una manera para librarme de Michael por un momento.

-Tengo que ir al baño.- le suelto de golpe.

Michael puso cara de no entenderme, para luego cambiarla por una de nerviosismo.

-Esta bien.- soltó mi brazo, se dio la vuelta rápido hacia la cueva agarro el cuchillo que me había dado antes y me lo tendió .- no te alejes mucho.-me advierte.

Poco a poco camino hacia el bosque en dirección al sonido del agua, sintiendo los ojos de Michael clavados en mi espalda, así que me escabullo por los matorrales y comienzo a correr. 








Las Hijas de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora