De repente el aire se volvió espeso,
Dando la sensación que te romperías una mano sí golpeabas el viento.
Se vuelve a escuchar el lamento ,
Mi agonía regresó.
Tú sigues frente a mi, con tú cara pálida y medio ensangrentada,
Y yo sin poder moverme sólo te contemplaba.
Pude ver los ojos azules de mi muerte y el cabello negro de mi agobio.
Labios rojos que envenenaron mis escritos en el folio.
Unos pechos más reales que cualquier verdad,
Y unas piernas que me llevaron a la eternidad...
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Lágrimas de Fénix.
PoésieCada letra escrita es una lagrima derramada, un espejismo difumina la nitidez de mi alma.