Homicidio

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De repente el aire se volvió espeso,

Dando la sensación que te romperías una mano sí golpeabas el viento.

Se vuelve a escuchar el lamento ,

Mi agonía regresó.

Tú sigues frente a mi, con tú cara pálida y medio ensangrentada,

Y yo sin poder moverme sólo te contemplaba.

Pude ver los ojos azules de mi muerte y el cabello negro de mi agobio.

Labios rojos que envenenaron mis escritos en el folio.

Unos pechos más reales que cualquier verdad,

Y unas piernas que me llevaron a la eternidad...
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