From the darkness [NamJin]

Capítulo VIII

Su respiración calmada, sus oscuros ojos observándome detalladamente, su cuerpo invadiendo mi espacio personal y yo aquí perdido contemplando sus facciones como una colegiala enamorada. Muy bien Jin. ¡Sigue así! Tienes un desconocido prácticamente sobre ti y no haces nada. Mientras tenía mi pequeña batalla mental me interrumpió, pero seguía sin pestañear por mirar su rostro hasta detenerme en sus ojos nuevamente.

― Jin, ¿Que si estás bien? ― Sus palabras resonaban en mi mente como una grabadora mientras me sujetaba con sus manos rodeando mis brazos, noté que su ceño se fruncía a medida que pasaban los segundos y yo continuaba sin dar alguna respuesta coherente, si es que podía encontrar palabras pertinentes para la situación de "Un extraño invade mi preciado espacio y yo feliz mirando su perfil".

Recapitulemos, él me trajo. Quizás cuánto tiempo estuve con él antes de que me trajera. Según él, YoonGi le pidió traerme, que buen amigo me gasto. Además, se acostó en mi cama... en mi vida he dormido con alguien, que no sea YoonGi pero en este caso no cuenta, y para peor, era un desconocido el que lo ha hecho.

En la misma silla que se había afirmado, me sentó con cuidado, ¿Cree que soy una niña o qué? No necesito que me traten como una, considerando que ya estoy bastante grande para esos cuidados por cierto.

― Dilo todo ya. Si es que realmente eres amigo de Suga, y luego te largas de aquí. ― Coloqué ambos antebrazos sobre la mesa y uní mis manos para escuchar atentamente. Se sentó frente a mí y sin dejar de mirarme fijamente. Algo familiar hay en él pero jamás lo he visto, con los eternos segundos que me quedé embobado mirándolo, si lo conociera me habría dado cuenta.

Bueno, debo escucharlo, ser breve y luego que se vaya a su casa.

― Uhm... ¿Quieres saberlo todo? Está bien. ― Bajó su rostro y regalándome una sonrisa a la vez que me miraba de reojo. Los rayos de sol lograban colarse dentro de la cocina dejándome ver su piel un tanto tostada y como por arte de magia mi mano iba camino a tocar su mejilla. ¡QUÉ! Me sobresalté y desviando la mirada posé mi codo en la mesa para descansar mi cabeza en la palma de mi mano. Su sonrisa aumentó de manera satisfactoria antes de continuar con su discurso. ― No creerías cuántas veces esperé que me miraras así y que quisieras acariciarme, precioso ―

Sí, anoche me golpearon en la cabeza. Teniendo en cuenta que el chico guapo, bastante guapo, frente a mí decía eso como si estuviera comprando un dulce en cualquier parte. ― ¿Ah? ― Vamos, no puede salir una frase coherente de mis labios, ¿Solo un "Ah"? ¿Se va a confesar? ¿A mí? ¿Qué hice mal en la vida para que en estas circunstancias me dijeran este tipo de palabras? ¿No podía ser un día que no tuviera resaca? Además es la primera y se siente fatal. También es la primera vez que alguien me dice cosas así, por suerte no siento sus palabras intimidantes como lo fue YoonGi, maldito, maldito. Sé que tiene demasiado que ver en todo esto.

― Jin, no preguntes nada y calla. Al menos que quieras ser callado por... mí. ―

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