Querida mamá:
Hoy pasé a tocar su mano. Sí, la de la chica de cabello rubio frutilloso. Aparté inmediatamente la mía , ya que estaba muy avergonzado, mis mejillas quemaban y todo por tomar un lápiz al mismo tiempo. Sentí un extraño cosquilleo cuando las puntas de mis dedos tocaron su mano, fue como una corriente que comenzó en mis pies y terminó directamente en mi corazón. Aún no sé su nombre, daría cualquier cosa por saberlo.
S.S