Querida mamá:
Lydia vino a visitarme. Abrí la puerta, y la observé con una sorpresa muda mientras ingresaba a mi habitación. Se sentó en mi cama y lloró en mi hombro por horas, después de un rato dejó de llorar y apoyó sus tristes ojos sobre los míos. Acuné su rostro entre mis manos y le dije dos simples palabras: " Eres hermosa". Luego me besó.Fue un sueño muy bonito.
S.S