Me puse sentimental al pararme hoy un tiempo a pensar sobre mi 2015, y tengo mucho que decir sobre él. Fue un año de demasiados cambios con respecto a todo, personas entraron y salieron de mi vida, estoy parada en un lugar totalmente diferente a donde lo estaba hace un año y soy una persona diferente de la cual hoy me siento orgullosa.
Empecé un año difícil, de la misma forma en la que había terminado el anterior pero sin esperar todo lo que iba a ocurrir meses después; hasta mitad de año mi vida iba normal, casa, colegio, voley, y eso era todo, junto a mi pequeño círculo de amigas, a las cuales exceptuando dos de ellas, al resto hoy no sé si las llamaría amigas, aunque ese concepto es medio complicado. Luego de esa mitad de año, de un día para el otro me encontraba en un lugar totalmente diferente, con personas diferentes, algunas conocidas y otras por conocer, en ese momento hasta la forma en la que me llamaban cambió y parece algo pequeño pero eso me cambió a mí por completo, o mejor dicho sacó lo mejor de mí, aquello que se encontraba oculto en lo más interno y que nunca se había animado a salir.
Llegó un momento que voy a guardar en mis recuerdos por siempre, porque fue mi favorito de este año. Es tipo un evento del colegio donde todos los años te toca un grupo diferente, en mi primer año ahí me tocó con personas que nunca pensé que más tarde iba a formar la hermosa amistad que tengo con ellos, a pesar de que seamos de distintas edades. Estás personas entraron a mi vida y me hicieron ver que no importa nada, que igual podemos tener una amistad.
Este año pude descubrir un montón de cosas nuevas, descubrir lo que quiero para mí en mi vida y lo que quiero para ser feliz. Ya agradecí un montón de veces a las personas que me acompañaron este año, que estuvieron al lado mío y que supieron hacerme reír. Por algo se cruzaron en mi vida y agradezco que estén acá.
Este año queda guardado en mi corazón porque sin dudas fue uno de los mejores.
