Esperanza

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Peep, peep, peep, sonaba un ruido molesto. Miré a mi alrededor, estaba en una sala de hospital. Miré mis manos, estaban conectadas a dos cables transparentes. Mi garganta dolía. Mi cabeza también. Traté de levantarme, pero no pude, el esfuerzo dolía en todo el cuerpo.
-Hola? Alguien puede ayudarme?- grité.
El ruido molesto seguía de fondo.
Por la puerta entró una enfermera, es todo lo que recuerdo.

Abrí los ojos, en el hospital de nuevo. Em cuerpo no me dolía tanto, intenté levantarme. Algo andaba mal. Escuché un estruendo. Eso es todo lo que recuerdo.

Me desperté, tenía una sensación horrible en el estómago. Había soñado que caía a un pozo sin fondo. Miré a mi alrededor, seguía conectada a un tubo por el brazo izquierdo, lo demás parecía estar bien. Ya no estaba en el hospital, estaba en una casa. Olía a panqueques y chocolate caliente. Desconecté el tubo y me dirigí a la comida, siguiendo el aroma.
-Esperanza! Despertaste al fin!- dijo una mujer mayor, de piel morena y ojos azules. Parecía muy cansada.
-Donde estoy?- pregunté
La mujer me miró sorprendida, parecía que había visto un fantasma.
-Estas en casa, amor- me respondió
-Quien es usted?- le pregunté
-Oh por dios, oh por dios- dijo corriendo para agarrar algo, el teléfono- hola, doctor? Estamos teniendo un problema, es Esperanza... parece que, no recuerda nada-.
La mujer me miró, el temor en sus ojos.

-Y estos son tus amigos- dijo Caroline señalándome una foto- ellas son Sabina y Alma- me mostró una foto vieja, nosotras tres posando con disfraces, parecía halloween- y aquí todos juntos!- dijo, apuntando cara por cara-...Renato...Agustín... Will... Joel... Gonzalo-.
Miré sus rostros, algunos me parecían más conocidos que otros, pero nada venía a mi memoria.
-Sigo sin entender, que es lo que me pasó- le dije
-Un accidente, cruzabas la calle y un camión te atropelló, gracias a dios que sobreviviste- dijo, con rostro preocupado- y el doctor dice que la memoria puede volver-.
-Lo sé, pero también puede ser que no vuelva- dije, molesta.
-Hay que tener esperanzas-.
Miré hacia otro lado, a pesar de que no recordaba nada en particular, presentía que no eran de mi preferencia los sermones de mamá.
-Sabes por que te llamamos así?-
-Nunca me dijiste-.
-Antes de nacer, el doctor dijo que había un 99% de probabilidades de que yo no sobreviviera si el parto fuera natural, pero como sabes, yo quería tenerte en el agua, de la forma más natural que existiese, y sabes que a veces no estoy muy cuerda, estaba mi vida en riesgo, incluso te escribí una carta por las dudas, pero al final fuiste contra la corriente y naciste hermosa y sin dolor. Tus tías estuvieron allí para ayudarme, casi parecía un hospital- dijo, recordando cada momento.
-Vaya...podrías haber muerto-le dije, emocionada no sólo por su locura, sino por su empeño para hacer lo que ella quería.
-Todo por mí Esperanza- acariciaba mi pelo oscuro.
Yo me parecía a Caroline, piel morena, ojos azules, alta y con largas piernas. Me miré más tarde en el espejo, quería recordar, pero también sospechaba que vivir en la ignorancia por una vez sería el camino más fácil. Y eso me resultaba raro, ya que sabía perfectamente que yo era de preguntar y cuestionar cada vez sin cansancio, a pesar de que, obviamente, no recordaba nada.

-Rang- sonó el timbre, un sonido muy molesto y largo. Sabía que quien sea que fuere, no me acordaría de él o ella así que subí a mi habitación.
-Toc toc- alguien golpeó en la puerta, dos chicas y cinco chicos se asomaron, y uno por uno entraban en mi habitación, me di cuenta que eran mis amigos, pero aún así no los recordaba.
-Cómo estas, Espi?- me preguntó la chica castaña.
-Ehh...saben lo que ocurrió, no?-
Todos asintieron con la cabeza.
-Pues... como saben, no recuerdo nada, y ... no se sus nombres-.
-Soy Alma- dijo la castaña, tenía piel clara y ojos color miel, era muy bonita.
-Sabina- dijo la rubia, que tenía partes del pelo negras, tenía ojeras pronunciadas y un par de cicatrices marcadas en las muñecas.
-Gonzalo- dijo el chico moreno, piel aceitunada, pómulos altos, ojos verdes.
-Soy Joel- dijo el rubio, sos ojos avellana.
-Agustín- dijo el otro rubio, más oscuro y ojos azules.
-Renato- dijo el chico pelirrojo, con pecas y piel blanca.
-Soy Will- dijo el último, piel clara, pelo negro, ojos azules. Will se veía muy apuesto.
Un silencio incómodo invadió la habitación.
-Eh...Esperanza, podemos hablar un momento... en privado?-dijo Alma

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