William

5 1 0
                                    

-Buen día- saludó Sabina, que estaba recostada sobre mí.
-Hola- le susurré al oído, dándole un beso cariñoso- lo de anoche me dejó cansado-.
Sabina se rió.

-Nos juntemos en el camping- le escribí a Renato
-Me parece buena idea- dijo después de un rato- que dijeron los demás?-
-Ya pregunto-.

-Nos juntemos en el camping-
-hora?- respondió Joel
-Me gusta la idea- afirmó Alma
-Me apunto- Gonzalo
-No se si me dejen ir...- Alma
-Nunca te dejan...- Sabi
-Anda, Alma!-Esperanza
-Agus y yo vamos- Renato
-Ok, trato- Alma
-Listo entonces, lleven comida y música-.

-El agua esta fría- dijo Alma, saliendo de la pileta
-Vamos, el frío es psicológico, nadie va a entrar?- Sabina y Esperanza vinieron, Joel también. La música empezó, todos bailábamos al ritmo de la música, las chicas en bikini, los chicos perreaban y desfilaban por una pasarela imaginaria.
-Oh si! Esa pose se ve genial!- decía Gonzalo de vez en cuando
-Tienes estilo, nena- cantaba Nato
-Tus piernas están cruzadas- desaprobaba Agustín.
Joel y las chicas se sacaban fotos. Yo miraba el horizonte y mi celular. Casilla de mensajes, vacía. Buzón de vos, vacío. Galería, vacía. Música, vacía. Registro de llamadas, vacío. Toda la información de mi celular se borraba periódicamente, por un virus irreversible, así que ni me molestaba en sacar fotos o agendar contactos.
-Tengo una idea!- dijo Sabi - juguemos a la botella-.
-No se... me parece mala idea-.
-Siempre tan negativa!- dijo arrastrando las palabras, se notaba que había tomado más cervezas de las que podía contar.
-Esta bien...-
-Si!- dijo Joel, también pasado de tragos
-De acuerdo- Esperanza
-Estoy dentro- dijo Renato
Todos nos sentamos en una ronda, la tensión se sentía en el aire, y no se de donde provenía. Sabina tomó la botella, giró y quedó apuntándola, giró una segunda vez, esta apuntó a Joel, Sabina se acercó y le dio un beso. Fue más largo de lo que esperaba, por lo que me molestó un poco... O mucho. El siguiente en la ronda era Renato, la giró y le tocó Esperanza- todos se rieron, menos yo y Agustín, ambos no parecíamos estar la pasando bien. El beso fue rápido. Un par de rondas siguieron, estaba perdido en mis pensamientos hasta que me tocó girar. La botella dio vueltas hasta que señaló a Esperanza. Me acerqué hasta donde podía dar el siguiente movimiento, el beso comenzó siendo seco y rápido, pero sus labios eran suaves y un instinto me dijo que los mordiera, quise seguir pero otra parte de mi me dijo que debía parar.
Todo el mundo tenía los ojos abiertos, estaban callados, Sabina los tenía rojos. No sabía que hacer. Tomé mis llaves y rápido decidí irme. No se que pasó después.

El lunes en la escuela ninguno de los chicos realmente me hablaba, Sabina no apareció, Alma se veía perdida. Yo también me sentía así, entre el primer período, Naturales con el profesor idiota. El tiempo pasó sin que yo me diera cuenta. Sociología. Química. Artes visuales. Señor Schmidt, que opina del renacimiento cómo forma de expresión? Podría decir que fue una revolución humana?

Miré a la profesora, pero ella no tuvo compasión: - A la dirección-.
Me sentía perdido, lamentaba haber besado a Esperanza, no debería haber jugado siquiera. Pero a la vez sentía algo raro por Esperanza, pues, como un simple beso me hizo sentir más que años de amor? Entre a la dirección, estaba más oscura que antes. No, no estaba más oscura, me había equivocado de salón. Por suerte no había nadie dentro. Seguí por el pasillo, intenté con la puerta siguiente. Pero lo que vi adentro me sorprendió, Agustín y Esperanza bailando ballet.
-Ah...lo siento, no sabía que ustedes...eh, creo que me voy a ir- dije, acercándome a la puerta.
-No, ustedes dos necesitan hablar, yo me voy- Agustín.

Ella paró la música, ambos nos sentamos recostándonos en la pared/espejo.
-¿Qué hiciste?- me preguntó
-No se-
-Pero..-
-La verdad no se- dije, mirando un punto fijo, con vergüenza de mirarla
-Mirame y dime que la quieres-
-La quiero- dije para otro lado- la quiero mucho, no se que pasó anoche, pero lo que sea que fuere esta mal-.
-Tienes razón... Entonces mirame, mirame y dime que no me quieres a mi-.
La sala se inundó en silencio. Mi cabeza estaba en blanco, sólo supe hacer una cosa, y estaba muy mal.

SkiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora