Esperaba sentada en la segunda mesa de la biblioteca, como había quedado con Ferbuus, a la expectativa de lo que pudiese o no pasar. Pasaban los minutos y yo veía el reloj de pared que tenía justo enfrente "2:15" ¿qué le pasa? No es dueño de mi tiempo.
-no va a venir linda....-dijo Sergio, el guapo alumno de intercambio, pelo castaño, ojos casi negros, delgado y alto, no me había quedado muy claro pero tenía entendido que venía de España.
-¿disculpa?.-dije en tono de arrogancia; si había algo que odiara más que la gente hueca era que se metieran en los asuntos que no les incumbía.
-tranquila, solo quiero ayudarte a no perder el tiempo con un imbécil como Ferbuus.
-ok, primera, si estoy aquí o no, no te importa ¿vale? Segunda, con que derecho le llamas imbécil a Ferbuus, puesto que puedo decir que es más inteligente que tu.
-me importa dónde estés ya que se supone que te tengo que cuidar...
-¿quien te dijo que me cuidaras?.-interrumpí confundida y enojada al mismo tiempo.
-si me dejas terminar de hablar nos podríamos entender.-me dejó callada, así que no tuve de otra más que dejarlo hablar.- gracias, puedo decirte que es un imbécil con todas sus letras por que lo conozco desde pequeño y eso no tiene nada que ver con que sea inteligente o no.
-Como sea, ¿quién diablos te dijo que me cuidaras?
-Me tengo que ir, por cierto dije que Ferbuus no iba a venir por que lo vi irse con Kali... Adiós Bernabé, te seguiré observando.-guiñó un ojo y se fue sin decir más.
En definitiva ya no sabia que pensar, esto era una locura. Tomé mi mochila y me la colgué en los hombros, fue entonces cuando me di cuenta de que había perdido media hora de mi tiempo y además el camión de regreso, suspiré y tome rumbo a mi casa blasfemando por lo bajo por la situación que estos dos chicos me hicieron pasar. Tomé mi celular y le marqué a Paz.
-¿Aló?.-preguntó una voz masculina
-disculpa, creo que me equivoqué de numero.
-¿Bernabé?
-em... si, ¿quién habla?
-perdon, soy Zigor
-¿que haces con el teléfono de Paz?
-me pidió que contestara, va... Va manejando.
-ah.-dije tratando de procesar sus palabras.-¿están cerca del instituto?
-¿Necesitas algo?
-Limítate a contestar ¿si?
-te pregunte si necesitabas algo, ahora, tu contesta.
-perdí el camión, solo eso, no necesito nada.
-quédate frente al instituto, voy por ti.
-no necesito ni quiero que vengas.
-dije que voy a ir.-y colgó sin más. Me había alejado del instituto así que comencé a caminar de regreso resignada por el tono en la voz de Zigor, por un momento me sentí observada, voltee a un sauce a mi derecha y logré ver entre las tupidas hojas y ramas un ave que no se distinguía bien así que trate de aclarar mi vista, era un pájaro negro, del tamaño de un ruiseñor, a primera vista hubiese pensado que era un cuervo, pero no, era pequeño, completamente negro, incluyendo pico y patas, no hacia sonido, solo me observaba sin siquiera parpadear, así que comencé a observar con más atención, vi un par de ojos rojos en esa criatura que parecía inofensiva.
-¿qué? Esto no es un maldito sueño, de eso estoy segura.-murmuré poniéndome tiesa y aferrándome a las asas de la mochila, el ave voló y no paré de verla, además que estaba helada por el miedo y parecía que me habían pegado al suelo, de pronto sonó el claxon de un carro, di un respingo y me aferré aún más a mi mochila, cuando caí en cuenta de que era Zigor, lo observe durante unos instantes y noté que no le había puesto atención antes, era guapo, ojos marrones, cabello castaño claro y corto, rasgos muy masculinos y unos labios gruesos, logró sácame de la extraña "pesadilla" y solo me atreví a pensar "tantos guapos y yo sola". Zigor se bajó del auto y me estaba observando, en seguida me dio pena, mis mejillas tomaron un color rojo y sentí un calor insoportable en ellas ya que tenía unos kilitos de más, unas ojeras monumentales mal tapadas por un corrector que no sabia usar, ojos cafés, pelo corto hasta los hombros con unas luces a las cuales ya se les veía la raíz obscura amarrado en un mal intento de cola de caballo que se había ido arruinando conforme había pasado el día, los mismos Jeans obscuros y playera gris de la mañana y sin una gota de maquillaje además del bálsamo labial de menta que me acababa de poner y el estúpido corrector, mordí mi labio una fracción de segundo, ya que odiaba el estúpido cliché de "se mordió el labio y jugó con su pelo", Zigor sonrió de lado, caminó hacia mi y me tomo de los brazos.
-¿todo bien?.- viéndome a los ojos sonrío más, asentí cerrando la leve apertura de mis labios, soltó mis brazos y tomó mi mochila quitándola de mis hombros.- vamos entonces.
Fruncí los labios y el ceño de nuevo, me subí a su auto.
-mentiste.-dije en cuanto arrancó.
-¿perdón?.-dijo confundido volteando a verme.
-ojos en el camino.-lo regañé, volteo al camino con cara de sorprendido.-dijiste que tu hermana estaba manejando y no era verdad, ahora ¿por qué traías su celular?
-porque...
-y ¿por qué mentiste?.-interrumpí
-porque... .-suspiró profundo.-traía su celular porque lo dejó en la casa y si te soy sincero no sé porque mentí ¿vas a tu casa?
-¿puedo quedarme un rato en la tuya?
-no esta Paz.-dijo firme y sin rodeos.
-¿con quién demonios... Sabes no importa, solo no quiero estar en mi casa.-Era la primera vez que me ablandaba con Zigor.
-Te invito un helado y vamos a mi casa.- me vio con ternura, volvió a sonreír de lado y me sorprendí viéndome al espejo, con una leve sonrisa y pasando mi mano por mi cola de caballo. ¡¿Es en serio Bernabé?!
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Unconcious (inconsciente)
Misterio / Suspenso"Yo solía gritar bajo las sabanas, pero para mi desgracia, no por placer, sino por terror." -Bernabé McAlyster Todo es parte de una profecía.