Capítulo 5

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Es aquí cuando la verdadera historia empieza, como debí de suponer, Ferbuus no me dijo nada acerca de la profecía, lo máximo que dijo fue "la conocerás en su momento" y siguió con su camino al salón designado mientras yo y mis estúpidas reacciones decidimos meternos a internet y buscar "profecías actuales" claro que poco faltaba para que la maquina me escupiera en la cara las palabras "ERES UNA TONTA AL BUSCAR ESTO". Voltee a ver la pantalla de mi laptop y lo único que pude emitir fue un largo suspiro al no encontrar nada al respecto.

-¿Qué te traes entre manos?.-esa voz interrumpió mi sesión de... a quien voy a engañar, solo me desconcertó.

-Nada Sergio, vete.

-que no me voy, ¿por qué no entraste a clases?.-dijo y se sentó a mi lado, si, en la segunda mesa de la biblioteca como la primera vez que hablamos y por supuesto sin preguntar, claramente para demostrar, inconscientemente, una supuesta autoridad ante mí.

-No sé, se me pegó la gana, eso es todo.

-viste llegar a Naraku.-afirmó seguro de sus palabras.

-¿Quién mierdas es Naraku?.-dije dudosa mientras mi subconsciente pensaba en la chica pelirroja.

-¡Niña! ¿Y con esa boca besas a tu madre? .-no me quedó de otra más que verlo con cara de asco, para después negar mi cabeza, voltear mis ojos y ver de nuevo a la pantalla de la, ahora trabada, computadora.-Ya, disculpa.-Ahora no tenia duda, era español, ese acento lo delataba.-Naraku es la chica pelirroja, vi que casi te desmallas al verla.

-Si... me sentía mal desde que desperté, su pelo me dio asco y no pude evitar sentirme así.-dije con una mezcla de malicia y sarcasmo.

-¡Hombre! Deja de mentir Bernabé, juro que te conozco mejor que nadie, incluso mejor que tú misma.-sarcasmo que dudo que haya entendido.

-Hemos hablado una vez y ya te crees...

-¡Cállate ya hombre! Te pregunto bien las cosas y me sales con tales mamarrachadas.

-mira Sergio, si no le conté a Zigor, menos te lo voy a contar a ti.

-Tú y yo podríamos ser grandes amigos, pero por cabezona solo Paz te aguanta.-no pude evitar sentirme mal y resbalar mi labio inferior entre mis dientes mientras veía al suelo.-podemos empezar de nuevo si lo deseas.-asentí delicadamente, como si mi cabeza fuera una ligera y delicada pluma, lo voltee a ver y sonreí sinceramente.-¡Vale! Pues soy Sergio, mucho gusto, ¿Bernabé cierto?.-dijo dándome su mano a estrechar en muestra de saludo a lo cual correspondí  regalándole una risilla divertida.-¡es un placer! No pude evitar notar tu ausencia en el aula, ¿a que se debió? Claro si no es muy imprudente preguntar.

-Basta Sergio.-dije de nuevo entre risillas torpes, lo vi directo a los ojos, ese par de hipnóticos ojos casi negros.-no fui porque me sentía mal, además hable con Ferbuus.-vi como su mirada cambió de ser una dulce mueca a una llena de amargura pura y duda, sus labios se apretaron, su ceño se frunció ligeramente, su mandíbula se tensó y su mirada se intensificó mostrando confusión.-¿qué?

-¿qué de qué?

-Sergio, tu expresión cambió cuando dije el nombre de Ferbuus.

-Es que no es normal que te hable, no debería.

-siento decirte esto, pero no eres quién para buscarnos amigos y decirnos con quien sí y con quién no.-no estaba enojada, era más bien extraño, ya que él era muy relajado y no parecía del tipo controlador.

-no es eso... es que... sabes, no importa, el sabe lo que hace.-durante las primeras palabras su tono era de más confusión que antes y las ultimas fueron con una limpia sonrisa, mientras pasaba uno de mis mechones mal pintados para atrás de mi oreja, me tomó de la mejilla y tomé su mano estando en mi cara, le volví a sonreír sinceramente, cosa que hacia mucho que no lo hacía tan seguido, en verdad me agradaba como amigo, el me hacia bien, mucho bien.

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2016 ⏰

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