12.

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Esperamos a que todos los súbditos de la bruja se fueran y en cuanto el lugar estuvo solo corrimos a la mesa de piedra. La primera en subir fue Lucy que estaba dispuesta a sacar el frasco que papa Noel le había dado pero Susan la detuvo.

—Es tarde—dijo acariciando el lomo de Aslan.

Juntas lloramos abrazadas al cuerpo del león hasta que pudimos ver que amanecía. Dispuesta a no perder más tiempo tome mi arco y mis fechas y los acomode en mi espalda limpie mis lágrimas y me dispuse a bajar de la mesa de piedra.

—¿A donde vas? —me preguntó Susan con su voz entrecortada.

—Alguien tiene que avisarle a los chicos lo que acaba de ocurrir.

—No quiero irme—dijo Lucy abrazada a la cabeza de aslan hecha un mar de lágrimas.

Tomé a Susan de la mano y cuando Lucy no nos podía escuchar comencé a hablar.

—Iré a avisar a los chicos pero no regresaré quédate con Lucy cuídala — le dije mientras trataba de contener mis lágrimas.

—No te dejare ir sola—me dijo con su voz entrecortada tomando su arco pero la detuve.

—No podemos llevar a Lucy al campo de batalla—le dije—te prometo que en cuanto esto acabe volveré con Peter y Edmund por ustedes.

Susan no me contestó y me abrazó.

—Te quiero____—me dijo abrazándome con fuerza.

—También te quiero Su—le dije devolviéndole el abrazo.

Voltee a ver a Lucy y ya no estaba acostada estaba sentada viéndonos confundida la miré y le mandé un beso y sin más corrí hacia el campamento.

(...)

En cuanto llegué vi que uno que otro soldado había despertado y ellos al verme quisieron acercarse a mí. Pero yo solo corrí hacia la tienda de Peter. En cuanto llegué Peter despertó y tomó su espada apuntándome, el ruido despertó a Edmund.

—¿_____?— preguntó Edmund.

Peter al ver mi estado se paró de la cama y me abrazó. Tratando de contener las lágrimas les conté todo lo que había pasado.

Al terminar de contarles Peter y Edmund le avisaron a todo el campamento la noticia y sin perder tiempo se prepararon para la batalla. Nos encontrábamos afuera de la tienda de Peter junto con Orius un centauro que era la mano derecha de Aslan.

—Tendrás que ser el líder—dijo Edmund a su hermano mayor.

Pude notar como Peter estaba más que nervioso, lo supe por como movía sus manos y su respiración. En un intento de calmarlo le tomé la mano pero no dejó de temblar.

—Hay un ejército completo esperando a que los dirijas—continúo Edmund

—No puedo hacerlo—dijo Peter bajando la cabeza.

—Aslan confiaba en ti— le dije apretando su mano.

—Y yo también—dijo Edmund. Al parecer esas palabras significaron mucho para Peter pues su cara cambio por completo.

—El ejército de la bruja blanca se acerca Señor ¿que ordena?—nos avisó Orius

Después de ponernos de acuerdo de lo que íbamos a hacer todos nos fuimos a preparar. Un fauno me obsequió una armadura y estaba en mi tienda tratando de ponérmela hasta que Peter entró.

—¿Estas bien?—me preguntó poniéndose detrás de mí y acomodando la armadura en mi pecho.

—Estoy bien—le aseguré.

—_________ no tienes por qué....—comenzó a hablar Peter pero lo interrumpí dándome la vuelta y juntando sus labios con los míos. Me separe de él y tome su cara entre mis manos para que me mirara.

—Voy a estar bien no te preocupes.

—Ten cuidado—me suplicó.

—Tú también—le pedí para después enredar mis brazos en su cuello.

(...)

Me encontraba arriba de una colina a lado de Edmund, el señor Castor y junto a todos los arqueros. Las tropas ya estaban listas esperando la señal de Peter desde donde estábamos podíamos ver como poco a poco se abría paso el ejercito de la bruja blanca. Peter que estaba al frente de las tropas volteo a vernos y después de eso dio la primera señal.

El cielo se llenó de grifos con rocas entre sus patas, volaron sobre el ejército de la bruja y las dejaron caer. Mientras las aves atacaban al ejército de la bruja Peter dio la siguiente y última señal.

—¡Por Narnia y Por aslan—el grito de guerra de Peter lo escuchó todo el ejército y la euforia surgió.

Peter y Orius cabalgaron encabezando al ejército.

—¡Arqueros listos!—grité preparando mi arco, todos los arqueros acataron mis órdenes y se prepararon.

—________—me llamó Edmund.

Voltee a verlo y el no quitaba la mirada del campo de batalla.

—Ten cuidado—me dijo desenvendando su espada.

—Tu igual—le pedí y esta vez me miro.

—Apunten—grité acomodando mi arco.

—¡Ahora! —gritamos a la par Edmund y yo y seguido de nuestro grito la primera lluvia de flechas cayó sobre el ejército de la bruja.

...
¡Hola bebes! Les traigo una sorpresa, esta es la primera parte del maratón.
La novela esta por terminarse y quería terminarla antes de entrar a la escuela.
Así que esperó y lo disfruten.
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Los quiero bye :3

[Editada el 21 de Mayo del 2017]

Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora