Tal vez hubiera elegido sentirme como la persona mas desgraciada de este mundo.
Pero lo cierto es que es que no lograba ya a estas alturas sentir lastima por mi misma.
No me parecía considerar un corazón roto, como una desgracia o algo por lo que hubiera que sufrir y sumergirse en un gran pesar.
Sin embargo, esta vez estoy de lo mas dispuesta a considerar un corazón roto, destrozado, realmente inservible; una desgracia.