Oh, querida, ¿recuerdas esa voz tan estridente que repetía la misma palabra?
Era tu enfermedad aproximándose.
Te advirtió.
Sabía lo que pasaría, y quiso darte un buen final.
Pero la curiosidad mató al gato.
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Más que eso
Puisi¿Qué más puedes esperar de mí? Aventurese el interesado y que se vaya el que quiera.