Empezaré con el primer día que vine a pasar las vacaciones de Semana Santa en casa de mis abuelos. En ese momento yo estaba feliz, me habian dado las vacaciones y las pasaria en el pueblo de fiesta y tal. Mi abuela me dejó para mi solo una habitación que hacia mucho que no usaban. Yo hacia mucho que no iba al pueblo, la última vez aun dormia con mis padres. Existe un crucifijo, aunque esto no tiene mucha valia con la historia que cuento, que nunca me gustó en la habitación donde dormia antes. Era grande y muy delgado, ademas de un color dorado que apenas dejaba ver la cara del crucificado. Pero bueno... Ese crucifijo siempre fue escondido en la habitación donde proximamente iba a dormir, pero como en ese caso yo ya no lo tendría cerca, estaba tranquilo.
La primera noche me acoste tarde, y en ese momento recuerdo escuchar un sonido en mi habitación. Pensando que era el gato, fui con la intención de cogerlo y llevarmelo conmigo a la sala de estar para que me hiciera compañia. Pero no lo encontré.
La segunda noche no fue mejor. El ruido era aun más insoportable. Como ligeros arañazos en alguna puerta de la casa. Yo aun no le daba mucha importancia, pensaba que seria el gato todavia.
En los dias siguientes no apareció. Ni maullaba, bufaba o se le escuchaba pasear por ningún lado. Mi abuela no le dio importancia, es más... Se reia, decia que era normal que se escapara de vez en cuando. Le dejaba comida que acaba desapareciendo a la hora de cenar... Pero nunca le vi acercarse al cuenco.
Pasaron los días y el sonido de arazaños poco a poco se convertian en gemidos. Mi habitación se habia convertido en una fabrica de sonidos molestos. Tal vez serian los vecinos... Que ingenuo fui.
La última noche que pasé en esa casa me deje la puerta del armario abierta. La sombra, la tipica sombra de un hombre con sombrero y gabardina se encontraba en su interior mirando en silencio. Encendí la luz, no era más que camisas y abrigos colgados en perchas. Volvi a apagar...
Aun me arrepiento de no haber cerrado el armario en ese momento, realmente fue espantoso... Aun tiemblo de miedo, a pesar de que ahora estoy acompañado. Esa sombra comenzó a moverse... Se quitó el sombrero y saltó al suelo. Intenté gritar pero no me salian las palabras... Intenté huir pero estaba paralizado. El gato, apareciendo de la nada, se subió en mis piernas y le bufó a ese extraño ser que intentaba acercarse a mi. Ese alto y larguirucho hombre bien vestido.
Retrocedió dos pasos y siguió mirandome. Al fin me llené de valor y salí corriendo hacia el pasillo llamando a gritos a mi padre. Pero nadie salió en mi busca. Eran las 3 de la mañana y, por supuesto, no habia nadie en la calle. Sentia que esa persona o lo que fuese eso me estaba persiguiendo escaleras abajo.
Pero nunca salió del portal. Su sombra detras del translucido cristal de la puerta del patio no se atrevió a seguir adelante. Se mantuvo quieta y subió de nuevo las escaleras seguramente con la intención de volver a casa.
Ahora estoy en casa de un amigo al que no le importa tenerme como invitado. Mi padre aun no entiende por qué me he ido y mi abuela... Sigue poniéndole comida a un gato que no aparece por casa...
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No leas en voz alta
HorrorEste libro es una copilacion de creepy pastas. No son escritas por mi sino que son creepys que encuentro o que me mandan.