Capítulo uno

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Aquí está todo lo que se acerca de Francia: Madeline, Amelia y Moulin Rouge. La Torre Eiffel y el Arco del Triunfo, aunque no tengo idea de cuál es la función de ninguno de ellos. Napoleón, María Antonieta, y un montón de reyes llamados Louis. Tampoco estoy segura de lo que ellos hicieron, pero creo que tiene algo que ver con la Revolución Francesa, lo que tiene que ver con el Día de la Bastilla. El museo de arte es llamado Louvre, tiene forma de pirámide y la Mona Lisa vive ahí junto con la estatua de la mujer a la que le faltan los brazos. Hay cafés o bistrós o como sea que le llamen en cada esquina. Y mimos. La comida se supone que sea buena, y la gente toma mucho vino y fuma muchos cigarrillos.
E oído que no les gustan los americanos, ni los zapatos deportivos blancos.
Hace unos meses atrás mi papá me inscribió en un internado. Sus palabras prácticamente crepitaban por el teléfono mientras declaraba que vivir en el extranjero seria una "buena experiencia de aprendizaje" y un "recuerdo que sería un tesoro por siempre". Si. Un recuerdo. Y yo señalaría su mal uso de la palabra como si ya no estuviera volviéndome loca.
Desde su anuncio, he estado gritando, pidiendo, y llorando, pero nada lo ha convencido de cambiar de opinión. Y ahora tengo una nueva visa de estudiante y un pasaporte, cada uno declarándome: _____ Oliphant, ciudadano de de los Estados Unidos de América. Y ahora estoy aquí con mis padres (desempacando mis cosas en una habitación más pequeña que mi maleta) la nueva estudiante de último año en la Escuela de América en París.
No es que sea malagradecida. Es decir, es París. ¡La ciudad de la luz! ¡La ciudad más romántica del mundo! No soy inmune a eso. Es sólo esta cosa del internado internacional, es mucho más sobre mi papá que lo es sobre mí. Desde que se agoto de trabajar y empezó a escribir libros tontos que se convertían en películas más tontas, el a tratado de impresionar a sus grandes amigos de Nueva York sobre lo refinado y rico que es.
Mi padre no es refinado. Pero es rico.

No siempre ha sido así. Cuando mis padres todavía estaban casados, estábamos estrictamente por debajo de la clase media. Fue alrededor del tiempo de divorcio, que todas las huellas de decencia desaparecieron, y su sueño de ser el siguiente gran escritor sureño fue reemplazado por su sueño de ser el siguiente escritor publicado. Así que empezó a escribir estas novelas ambientadas en la pequeña Ciudad de Georgia sobre gente con buenos valores estadounidenses que se enamoran y luego contraen enfermedades que amenazan la vida y mueren.
Es en serio.
Me deprime totalmente, pero a las mujeres les encantan. Aman las novelas de mi padre y aman sus suéteres de punto y su sonrisa falsa y, por supuesto, su bronceado anaranjado. Lo han vuelto un bestseller y un idiota total.
Dos de sus libros han sido llevados al cine y tres más están en producción, que es desde donde su verdadero dinero viene. Hollywood. Y, de alguna manera, este dinero extra y supuesto prestigio han deformado su cerebro y le han hecho pensar que debo vivir en Francia. Por un año. Sola. No entiendo por qué no me pudo mandar a Australia o a Irlanda o a cualquier otro lugar donde el inglés sea el lenguaje nativo. La única palabra francesa que conozco es oui, lo que significa "si", y solo recientemente aprendí que se deletrea o-u-i y no w-e-e.
Al menos la gente en mi nuevo colegio habla inglés. Fue fundado por americanos pretenciosos que nos les gustaba la compañía de sus propios hijos. Quiero decir, en serio. ¿Quién envía a sus hijos a un internado? Es tan Hogwarts. Solo que mi colegio no tiene lindos magos o caramelos mágicos o lecciones de vuelo.
En lugar de eso, estoy atrapada con otros 99 estudiantes. Hay 25 en toda mi clase de último año, como opuesto a los 600 que había en Atlanta. Y estoy estudiando las mismas cosas que estudié en el Colegio Clairemont excepto que ahora estoy registrada en clases de inicio de francés.
O, si. Inicio de francés. Sin duda en el primer año. Yo rockeo totalmente.
Mamá dice que debo perder el factor amargo, pronto, pero ella no es la que deja atrás a su fabulosa mejor amiga, Bridgette. O su fabuloso trabajo en el Royal Midtown 14 multiplex (*Cine famoso en USA). O a Toph, el fabuloso chico que trabaja en el Royal Midtown 14 multiplex.
Y todavía no puedo creer que me separen de mi hermano, Sean, quien tiene solamente 7 años y muy joven para dejarlo solo en la casa después de la escuela. Sin mí, probablemente va a ser molestado por el loco chico que vive cerca de la casa, el que tiene toallas sucias de CocaCola colgando de sus ventanas. O Seany tal vez comería accidentalmente algo que contenga colorante rojo #40 y su garganta se cerraría y nadie estaría allí para llevarlo al hospital. Incluso podría morir. Y apuesto a que no me dejarían volar a casa para el funeral y lo tendría que visitar al cementerio yo sola y papá le habría elegido un horrible querubín de granito para ir encima de su tumba.
Y espero que papá no espere que llene solicitudes para alguna universidad en Rusia o Rumania. Mi sueño es estudiar la teoría de la filmación en la universidad de California. Quiero ser la mejor crítica femenina de la nación. Algún día seré invitada a cada festival, y tendré una columna en el periódico y un programa de televisión y una página web ridículamente popular. Hasta ahora solo tengo la página web, y no es tan popular. Todavía.
Solo necesito un poco de tiempo para trabajar en ella, eso es todo. "Anna, es el momento"
"¿Qué?" Levanto la vista de mi trabajo de doblar camisas en perfectos cuadrados.
Mi mamá me mira y toca su collar de tortuga. Mi padre, vestido con una camisa de polo color durazno y zapatos blancos de navegación, está viendo a través de la ventana de mi cuarto. Es tarde, pero desde la calle una mujer canta algo de ópera.
Mis padres necesitan regresar a sus habitaciones del hotel. Ambos tienen vuelos en la mañana.
"Oh" Agarro la camisa que está en mis manos un poco más fuerte.

Papá se aparta de la ventana, y me alarmo al ver que sus ojos están mojados. Algo sobre la idea de mi padre (incluso si es mi padre) al borde de las lágrimas trae un nudo a mi garganta.
"Bueno, creo que en algún momento crecen"
Mi cuerpo está congelado. Él agarra mis miembros rígidos y me da un abrazo de oso. Su agarre es aterrador. "Cuídate. Estudia mucho y has algunos amigos. Y cuidado con los ladrones," añade "a veces trabajan en pareja".
Asiento en su hombro y él me suelta. Y luego se va.
Mi mamá se queda atrás. "Tendrás un año maravilloso aquí" dice "Simplemente lo sé" Me muerdo el labio para evitar que tiemble y ella me atrae a sus brazos. Trato de respirar. Inhala. Cuenta hasta tres. Exhala. Su piel huele a loción de toronja. "Te llamaré cuando llegue a casa" ella dice.
Casa. Atlanta ya no es mi casa.
"Te amo, _____."
Estoy llorando ahora "También te amo, cuida de Seany por mí." "Por supuesto."
"Y de Capitán Jack" digo "Asegúrate de que Sean le alimente y le cambie su cama y llene su botella de agua. Y asegúrate de que no le de muchas golosinas porque le hacen engordar y luego no puede salir de su iglú. Pero asegúrate de que al menos le de algunas cada día, porque igual necesita vitamina C y el no va a tomar el agua si le echa aquellas gotas de vitamina--"
Me atrae otra vez y pone mi mecha blanqueada detrás de mi oreja. "Te amo," dice otra vez.
Y luego mi mama hace algo que, incluso después de todos los papeles y boletos de avión y presentaciones, no veo venir. Algo que pasaría un año después de todas formas, cuando dejara el colegio, pero no importa cuántos días o meses o años e anhelado por esto, todavía no estoy preparada cuando pasa.
Mi madre se va. Estoy sola

The french kiss, j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora