II

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Su mirada era fría y gris.

Su expresión indescifrable.

Clavaba sus ojos en mí sin decir palabra.

¿Como se puede ser tan frío?

Su sonrisa había volado y sus manos se habían convertido en puños.

Yo esperaba una respuesta impaciente, la cual no llegaría.

Y tras haberle regalado tanto tiempo junto con mi corazón, aplastó este último a la par que daba media vuelta separándose de mí sin resolver mi duda.

Y yo lo hacía pero él, al parecer, no me amaba.

Lost soulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora