Prólogo

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Prólogo:

En el castillo todos celebraban el cumpleaños de Miryam, todos excepto Louis. El rey se había escapado para ir al jardín, como hacía todos los años, para rezar.

-Gracias por esta oportunidad. Ya han pasado tres años y sigo sin creerme que esto es real, que no es un sueño del que pronto despertaré y estaré de nuevo muerto y solo, sin Allison ni Miryam...

Gracias porque cada día al despertarme, la encuentro dormida a mi lado, tan tranquila, tan serena. Entonces la beso suavemente y se despierta, me mira y me sonríe. Moriría si perdiera ese momento todas las mañanas.

Gracias por Miryam, porque su alegre y cálida sonrisa, su belleza, su cabello azabache y su piel tan blanca son como los de Alli. Se parece tanto a ella, aunque lo que más le gusta de Miryam son sus ojos esmeraldas tan suyos como míos.

Le gusta caminar por el jardín, comer fresas y que le lean antes de dormir. Entonces es cuando abraza a Coney, el regalo de Michael cuando ella nació, me mira, sonríe y me llama "papá". Momentos como ese hacen que mi día mejore a pesar de lo duro que haya sido.

Gracias porque he vuelto a ver a Mike, a mi padre y a mis amigos. Michael ha crecido y quiere mucho a su sobrina, con quién le gusta jugar. Mi padre simplemente adora a su nieta y dice que es aún más bella que en sus visiones.

Entonces dejo de hablar porque se acerca alguien, es la pequeña Miryam que camina hacia mí trayendo consigo a Coney. Detrás de ella vine Allison, joven y hermosa como siempre, ya que parece que no le pasaran los años, o bueno es lo que me parece a mí porque cada vez que la miro a los ojos, recuerdo a la chica que una vez estuvo en frente de mí, en el altar. Y como no puedo evitarlo sonrío y miro mi anillo de matrimonio.

-Papá- me dice Miry mientras la siento en mis rodillas mientras que ella curiosamente rodea mi pulgar con sus dedos.

Cierro los ojos y pido mi único deseo- La felicidad de ellas, de mi familia.

Bajo a mi hija, cojo su mano y buscamos a su madre para entrar al castillo a comernos la tarta de fresas con los que nos esperan... Muchos os preguntaréis ¿cuál es el don de mi hija? Miryam posee las tres potencias del alma, el poder que nos iguala y nos diferencia a todos: la memoria, la voluntad y la inteligencia.

En cuanto a mí, conservo los poderes al igual que todos los miembros del círculo mágico. Y aunque pasen los años y resucite mil y una vez mis sentimientos siempre serán los mismos. Y por muy redundante que suene, cada vez que Allison me pregunta "¿ Me seguirás amando a pesar de que envejezca, aunque muera o hayan mujeres más hermosas...?" Mi respuesta siempre será "SIEMPRE"


Anima AngelusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora