3. Cambio

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Sofi:

Esto de estar en un mundo donde puedes convivir en carne propia con tus personajes favoritos no es ta tan mal después de todo, y es millones de veces mejor que en los fanfics pues la mente ya no necesita hacer un sobre esfuerzo por imaginar expresiones o escenarios...

¡Todo ya está aquí!

Los personajes resultan ser amables conmigo, son atentos a mis necesidades, tienen varios temas de conversación interesantes, sobre sus travesías, anécdotas de vida, consejos, entre otras cosas, lo cual es lo extraño en todo esto al ser la primera vez que los conozco cara a cara. Y aunque hablarán sobre las aventuras en las que indirectamente forme parte tras la pantalla no evitó que los escuchara como si fuera la primera vez.

El único problema es que estos chicos entre sí se les dificulta cooperar un poco, y de vez en cuando tienden a exagerar por mi y mi bienestar...

Por ejemplo:

Si quería ayudarlos con esto de detener a Tabuu, por segunda vez, debían verificar primero si estaba en las mejores condiciones físicas, o al menos eso recomendó Doc, y si me permiten comentar fue la peor idea que se le pudo ocurrir.

Me vi obligada a ingresar a una especie de enfermería, habían camillas de diferentes tamaños, cortinas impermeables blancas, lo extraño era la cantidad inmensa de frascos con píldoras gigantes mayor a la de libros, remedios o vendajes. Una vez sentada en una camilla a mi escala tuve que retirarme la camisa celeste a cuadros, por cada botón desabrochado me ponía más nerviosa, y no presisamente por tener medio torso desnudo frente a alguien que no sean mis padres o amigas, sino por mi abdomen un poco sobresaliente debido a la falta de ejercicio en los últimos meses que apenas podía esconder si forzaba el abdomen hacia adentro.

Cuando los demás se enteraron de ello tan solo dijeron que me ayudarían a ejercitar y a fortalecerme, aunque mis inseguridades solo me hacían pensar que evitaban reírse de mi estando presente. Sigo esperando que no haya sido así.

¿Y las pruebas físicas? ¡Un asco!

Me costaba sostener firmemente una espada de esgrima que por si son ligeras, al utilizar un arma a larga distancia jamás lograba dar en el blanco ¡ni siquiera podía intentar dar un puñetazo antes de caer al piso ante el más mínimo toque!

Por si las dudas, todo eso ocurrió en una sala de entrenamiento. Recuerdo que tenia una capacidad como para 200 personas, o tal vez más; el techo y paredes eran de madera lisa con una puerta deslizante que daba a un extenso balcón. El suelo tapizado con ese extraño material color beis, colchonetas verde oscuro dentro de un cuadrado de madera oscura en el centro, armas de diferentes tipos reposando en estantes, contra las paredes o en el piso, dianas esparcidas por el lugar. Un salón de entrenamiento de artes marciales, básicamente.

Pero regresando sobre mi...

Tanta era la vergüenza y la falta de dignidad que unos minutos después de terminar preferí apartarme y esconderme en algún rincón de esta mini ciudad flotante, abrazando mis rodillas, mirando la costura del pantalón empapada, y sí, fui hasta ese lugar para desahogarme de la desgracia que soy a lloriqueos.

Siempre soñaba con cosas así, vivir entre ellos y ser como ellos, tener la fuerza y la valentía de una guerrera y resplandecer ante los ojos del público, pero es que fueron hechos para ser perfectos, fuertes, saludables, audaces, y tantas otras muchas cualidades que decir las mías me hacen quedar diminuta.

Veía el cielo puro color celeste, más el sol ofreciendo luz y calor a mi soledad, en la posición mencionada en el balcón de la habitación blanca dónde desperté.

Huí al saber los resultados de las evaluaciones, traducido seria una D menos, y necesitaba una A sí quería. Es como si mis demonios de la escuela me persiguieran.

Destino Indeciso (Smash Y Tu) [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora