CAPITULO 15

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Abrí la puerta una vez me acomode bien el cabello, mi tío se levantó de donde estaba, y camino despacio en mi dirección.

—Hola, buenas noches —Escuche su masculina voz una vez abrí la puerta, traía en la mano una flor anaranjada bastante exótica.

—Buenas noches Bryan —Lo salude. Me cedió la flor que llevaba.

—Hola, ¿Estás lista? —Pregunto.

Inmediatamente mi tío salió como el adulto preocupado que es. —Buenas noches —Le dijo a Bryan.

—Buenas noches señor —Le extendió la mano para luego darse un afectuoso apretón de manos.

—Los dejo, voy por mi bolso —Les hable.

Regrese hasta donde había puesto el bolso que hoy llevaría, la tía Isela miraba de lejos, con una aparente indiferencia, con desdén.

Salí nuevamente, ellos dos estaban riendo —Bien jovencito, me has agradado, cuídala —Le hablo mi tío una vez que me vio cerca.

—Nos vemos —Nos besamos en la mejilla para despedirnos.

—Hasta luego señor, un gusto conocerle, y ya verá que pronto —Le respondió Bryan.

Tome del brazo a Bryan y nos retiramos, en la oscuridad un automóvil estaba estacionado, en este caso era el suyo, pues él me dirigió al mismo.

Subimos a aquel lujoso automóvil, comenzamos la marcha con camino a donde él me llevaría.

—¿Cómo puedes andar por las calles?, ¿Tienes licencia? —Le cuestiono maravillada.

—Conozco a alguien —Contesto con una sonrisa.

Me llevo hasta un parque, aparcó el coche y bajamos, no sabía muy bien a que veníamos aquí.

Aquel parque era hermoso, habíamos recorrido una gran parte de la ciudad y caí en cuenta que había valido la pena, teníamos una vista privilegiada de la metrópoli, había cientos de luces iluminando a la misma, estábamos en una especie de colina, un cerritos.

—Es tan lindo aquí —Le dije —Pensé que serías de los chicos tradicionales que llevan a las mujeres a un restaurante.

—Eso es para las personas románticas que escurren miel a su paso, yo prefiero estar en lugares abiertos, como esté —Me dijo —Además, aquí siempre hay mucha gente, y por las noches venden comida, estoy seguro que encontraremos algo por aquí.

Comenzamos a caminar, había pequeños lagos con algunos patos, áreas verdes por doquier, y el clima beneficiaba las ganas de acercarme un poco más a Bryan.

—¿Y qué tanto hablaste con mi tío? —Le pregunte interesada.

Él me miro con esa cara atractiva, con ese rostro fino de modelo y sus ojos penetrantes.

—Es un buen hombre, me dijo que quiere que te quite ese mal humor —Nos acercamos a un lugar donde se podía ver mejor la ciudad, nos recargamos en el barandal del lugar.

—¿Y le dijiste que sí? —Le cuestione.

—Claro, me gustan los retos...

—¿Y qué piensas hacer para lograrlo Bryan?

Se giró a verme, yo hice lo propio. —Eres un enigma, no sé qué te guste y que no, pero sí sé que quiero descubrirlo, aunque creo tener una idea de cómo y dónde quitarte lo seriecita... —Se iba acercando peligrosamente a mis labios, si él accionaba yo no me iba a poder resistir — Para quitarte todo el estrés y el mal humor...

El Que Se Enamore, Pierde. (Freddy Leyva y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora