-Espera... tu... ¿eres Deadpool?-
-Si, el único e incomparable-
Peter por fin soltó la mano de Wade y seguía mirando extrañado todas aquellas cicatrices, se pregunto como seria lo demás de su cuerpo si su cara estaba así, se preguntaba si podía contarlas todas, se preguntaba si podía siquiera tocarlas... de repente quito todas esas ideas de su mente y volvió a hablar.
-Ah... yo lo siento... me quede viendo fijamente y...
-No te preocupes Pete, casi no hago esto pero cuando lo hago todos tienen tu misma reacción, quieren saber como termine así-
-Si te incomoda...-
-¡Claro que no! Pues veras antes yo tenía cáncer-
-¿Cáncer?-
-Si, tenia cáncer en mi hígado, en mi estomago, en mi sangre, tu sabes, cáncer por aquí y por allá, el caso es que ni un jodido doctor me podía ayudar, ya estaba desahuciado, pero digamos que tome una decisión que cambio mi vida y me hizo lo que soy ahora, además dicen que las cicatrices te ayudan mucho con las chicas-
-Pero ¿y todas esas cicatrices son...?-
-De muchas cosas, heridas de bala, de espadas, bates de béisbol, navajas, hubo una vez que creo que se me desprendió el brazo pero nada que una buena sutura no arregle-decía felizmente Wade.
Pero Peter seguía mirándolo sorprendido, y esas preguntas volvieron a su cabeza, y se imagino todas las duras misiones que tuvo que pasar Wade el solo.
-Bueno si eso es todo, hay que comenzar otra vez Peter, tenemos mucho que hacer-Marie lo había sacado de sus pensamientos.
-Ah si...-miro de nuevo a Wade-de nuevo gracias por prestarnos el lugar Sr. Wilson-
-No me llames así, me siento como el vecino de "Mejorando la Casa", solo llámame Wade-
-Gracias Wade-
Peter se dirigía hacia el cuadrilátero mientras Marie lo seguía detrás de el guiñándole un ojo a Wade de que eso había salido muy bien, ya una vez arriba Marie se puso de nuevo en posición y Peter intentaba apagar su sentido arácnido para poder pelear sin este, pero había un problema. No podía concentrarse debido a Wade, pues cada vez que intentaba golpear a Marie, volteaba a ver a Wade que estaba sentado en un banco haciendo mancuernas, y este también veía el entrenamiento de la araña, Marie notaba todo y sonreía internamente pues todo había funcionado de maravilla: Wade por fin había captado la atención de Peter. Después de dos horas y media de miradas y tremendos golpes a Peter, Marie dio por terminada la lección de hoy y los dos tomaban agua arriba del ring, Wade también había terminado su rutina en los aparatos y pesas, y se había metido hacia la puerta que estaba a un lado, y Peter oyó el sonido del agua caer por lo que dedujo que Wade estaba dándose una ducha.
-Bueno Peter me tengo que ir ¿Puedes regresar a casa desde aquí?-
-Claro, si nadie me ve salir, podré subir a los edificios y llegar-
-Bueno nos vemos en dos dias, recuerda que en vez de patrullar vendrás aquí-
-Si, nos vemos Marie-
Marie tomo su mochila y partió, mientras que Peter seguía tomando agua mientras se oía el agua de las duchas a lo lejos, sintió mucha curiosidad del cuerpo de Wade, por lo que sigilosamente se acerco a la puerta que estaba entreabierta y lo vio. Estaba completamente desnudo y de espaldas mientras el agua caliente recorría todo su cuerpo, y quito su primera duda, pues el agua tocaba cada cicatriz del cuerpo de Wade, incluso sus pies tenían una que otra, subió su mirada por las piernas, que parecían que eran las que mas recibían aquellas cicatrices, su espalda, tan llena como su cara también se podía ver. Peter se quedo embelesado ante aquella escena, y quiso quitarse su segunda duda: si podía tocarlas. Así que inconcientemente empujo un poco la puerta y esta rechino, por lo cual el y Wade reaccionaron, y Peter se escondió cuando se dio cuenta de lo que iba a hacer, y Wade volteo hacia la puerta donde ya no había nadie, y siguió con su ducha, mientras que Peter afuera tomaba sus cosas y salía rápidamente de ahí.
ESTÁS LEYENDO
El de la mala suerte
FanfictionPeter tendra una nueva guardiana para protegerlo cuando salve a Nueva York de noche, pero tambien ha conocido a un particular antiheroe que hara todo lo posible por llamar su atencion, incluso arrojandole granadas o sacandole de quicio.