La tristeza vive en mí, me alegra que venga en esta época del año. Ya se acerca el calor.
El calor es mi héroe y
mientras quema mi piel,
quema mis preocupaciones
y suelda las heridas abiertas.
El viento ligero
hace que mi mente viaje
sin moverme de este banco.
Y ese olor que me recuerda a la playa, a todos esos días que las horas no importan.
Y tanto sol hace
que en la llegada de la luna,
quiero aullarle mis sueños.
Y que esas noches calientes,
las libero con hielo descongelándose...
en mi boca.
Y la excusa de morder hielo me sirva,
y no parecer una loca.
Porque me encanta morder hielo.
Sólo de pensarlo...
Sé que solo necesito ser un poco más fuerte y podré llegar al verano con todos lo dedos de la mano y sin ninguna cojera.
Que mi estrés se quedará con el frío y mi sonrisa brillará con los rayos y habrá un nuevo sol en la tierra.
La libertad que me crea
el verano es tanta que
a veces da miedo, pero
es como me gusta.
Y deseo y rezo para que
algún día el invierno
sea también mi otra libertad y encuentre
en él la belleza del frío.
G. Jiménez