Thirty Seven

107 27 8
                                    

Al llegar al Café-Bar; pude notar que mi corazón latía mas fuerte de lo normal, pero, ¿por qué?. Casi todos los días la veo.

Pero en esta ocasión es una cita oficial - me dijo mi subconsciente -.

A lo cual asentí mentalmente dándole la razón.

Coloqué un pié delante del otro, obligando a mi cuerpo a cruzar por la puerta. Al entrar un agradable aroma a café y vainilla golpeó mis fosas nasales. Aspiré la agradable y endulzante fragancia queriendo guardarla allí para llevarla conmigo a todo lugar. 

April aún no llegaba, a decir verdad llegué con dos horas de anticipación queriendo acabar con la ansiedad que se apoderó de mí desde que aceptó mi invitación, no dormí en toda la noche deseando sólo que los minutos pasaran velozmente para volver a verla.

Había olvidado que Rasco venía conmigo, vislumbré un lugar junto al gran ventanal que daba justo frente a un edificio rustico pero elegante de apartamentos, que estaba cruzando la calle. supuse que ahí vivía April. Imaginé sólo el hecho de que vivió siempre cerca de mí y nunca lo supe.

Sujeté a Rasco junto al cómodo sofá de cuero marrón en el que me acomodé, apoyé mis manos sobre la mesa y me dispuse a observar el edificio esperando ver salir por esa puerta a la bella April.

El lugar tenía una melodiosa canción de fondo la cual no  logré identificar, la verdad no soy muy experto en música; Sólo se que se escucha agradable y parece ser una banda la que toca a través de los parlantes.

La tarima ubicada al fondo está vacía, mas de la mitad de las mesas están ocupadas, la barra está ligeramente empañada por una pareja y un par de amigos que parecen disfrutar sus bebidas, del otro lado un hombre solo que ahoga sus penurias en alcohol, lo sé porque lo noto en su rostro y forma de beber.

La decoración era sencilla pero fugazmente elegante, la iluminación no era brillante pero tampoco opaca, era simplemente perfecta para realizar un contraste entre bar  y café. Una camarera se acercó a tomar mi orden pero le dije que esperaba a alguien. Amablemente aseguró acercarse en un rato y se retiró.

Mientras seguía observando a las personas del lugar, intentando leer sus vidas; alguien tocó mi mano haciéndome salir de mi distracción.

Era ella, tan hermosa como siempre o aún mas de lo habitual.



NOTAS DE MU2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora