Adam no sabía que hacer, estaba nervioso así cogió el teléfono para llamar a urgencias, pero estaba sin batería
- ¡Mierda! Siempre igual
Solía pasarle, nunca le hacía falta, ya que no tenía amigos a los que llamar ni que le llamaran a él.
No sabía que hacer, solo se le ocurrió volver a casa, con la chica colgada de él. Pero... ¿Qué se suponía que tenía decir cuando entrara con una chica inconsciente en casa?
Pero eso no importaba ahora, lo único que le importaba era llegar a casa y con suerte averiguar quién era.
Siguió caminando con la chica cogida en brazos, unas de las pocas cosas de las que podía sentirse orgulloso era de que estaba bien musculado. Por suerte la calle estaba desierta, ya que sería un poco raro que el chico más solitario del pueblo fuera de repente con una chica en brazos sin conocimiento a su casa. Mejor que nadie apareciera.
Pero como siempre que alguien piensa en lo peor que le pueda pasar sucede, su miedo se cumplió.
-¡Adam!- gritó alguien desde detrás
Adam se estremeció,se hizo el sordo, y siguió caminando. Pero no tardo en volver a repetirse el grito, esta vez más cerca seguido de pisadas que se aproximaban muy rápidamente.
-¡Adam! ¿Qué haces?
En cuestión de segundos, la persona le alcanzó, y resultó ser uno de sus compañeros de instituto, que llevaba años sin ver. Se llamaba Brandon, estaban en la misma clase pero Adam nunca llegó a saber si eran amigos. Su relación con Brandon se basaba en que Brandon se pasaba el rato haciendo payasadas mientras Adam solo observaba, comían juntos en el almuerzo y Adam le daba sus deberes. Brandon había ido muchas veces a visitarlo a casa de su prima, al principio, pero Adam le decía a su prima que le dijera que él no estaba, y así lo evitaba. No es que le cayera mal el chico, al contrario, pero no tenía ganas de visitas. Así fue durante muchas visitas, en las que Emy le decía que Adam no estaba y Brandon acabó dejando de ir a verle.
-Adam, cuanto tiempo sin verte, no esperaba que te hubieras convertido en un ligón- dijo mirando de cerca a la chica.
- No es lo que parece, no es mi novia ni nada solo es que....
-¿ahora secuestras chicas? Vaya, un año sin verte y como toda una vida que...
-No, oye no la he secuestrado
- ¡Pues claro que no! Tú siempre seguirás siendo un santurrón- dijo Brandon entre risas
-Oye ahora mismo no puedo hablar, tengo que ayudarla
-¿Así que la chica no está pillada?
-Y yo que sé, si vas a venir conmigo al menos haz el favor de ayudarme
-Oh sí claro- dijo cogiendo de las piernas a la chica mientras Adam la sujetada por los brazos
Por fin llegaron a la casa, entraron y se dirigieron a la habitación de Adam. Cuando llegaron, la dejaron encima de la cama, tan delicadamente que parecía una flor recién florecida que acaba de brotar de entre la nieve.
-¿ No hay nadie en casa?
-No, Emy ya tiene que haberse ido
-¿Y qué hacemos con ella? Vaya, está muy buena- Dijo Brandon mirándola fijamente
-No sé, ¿llamamos a urgencias?
- No tío, mejor esperemos a que se despierte y nos diga algo. Pero explícame de una vez quién es y que le ha pasado. ¿ La conoces?
- No la conozco de nada, estaba sentado en un banco de la calle cuando la vi y se cayó inconsciente, iba a llamar a alguien pero no tenía cobertura- Adam había decidido omitir la conversación que tuvo con ella.
-Bueno, a lo mejor se desmayó al verte la cara- Empezó a reírse a carcajadas pero enseguida paró
- Esto es serio, ¿vale?
- Vale, pensaba que sería mejor que te tranquilizaras con un poco de humor, ¿puedo sentarme?
-Sí, traeré bebidas y algo para los mareos para cuando se despierte
Estaban sentados al lado de la cama bebiéndose una cerveza cuando de repente la chica se despertó. -¿Dónde estoy?
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El comienzo de Escarcha
Ciencia FicciónLlega el invierno, la nieve cae sobre los prados y la escarcha surge un año más. Pero la nieve ha enterrado unos cuantos secretos en su recorrido. Negándose rotundamente a esperar que se derrita, Adam decide descubrirlo con ayuda de unos amigos y no...