Capítulo siete.
Acá, en el capítulo sin título, es vida que comienza a secarse después de que la extravagancia lo consumiera hasta el apéndice, y así es como inicia mi historia de sangre seca. Donde yo elijo lo que le está pasando a Nicholas, como su narradora omnipresente.
Él no asesino a nadie, él no dejo rastro que lo inculpara, él no tuvo siquiera que ver en el caso de su hermana menor.
Caso triunfador para los abogados de ella, haciéndolo quedar como un peligroso violador afectado por la muerte de su novia. Acusado por cada uno de los presentes, enviándolo directamente a prisión, para después hacerlos decidir que sufriría más si estuviera en un loquero al lado de mi presencia.
Pero Nicholas André Hudson no está loco.
Aun así, lo tengo en frente del infierno, atrayéndolo todo el tiempo a su maldición. Deja de juzgarme por mi poca piedad, él ha herido más de lo que yo hago, sólo que... En otras vidas, vidas que no están tan secas.
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Relato terco: de Nicholas
General FictionEn la penumbra del universo existe Záfira, encargada de escribir las tragedias humanas. ¿Por qué no atormentar algunas? Nicholas, paciente de un manicomio, es víctima de sus abominaciones.