veintiuno

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Capitulo veintiuno.

Arduo final.

Egoísta a su mundo, y al hospital que luego tendrá fama de no cuidar a sus pacientes, yo abro la única ventana existente de todo el maldito establecimiento, desprende una luz celestial diferente a todo lo que alguna vez Nicholas había experimentado en su vida de 'dolor'.

"Ayúdame, ayúdame a ser feliz." implora.

No.

Nicholas sube por su voluntad a la ventana y salta.

Nicholas André Hudson muere en ésta vida, encapsulando un alma más en mi colección de botellas. Despierta en otra, comenzando de una vez por todas en un foco de alegría.

¿Fin?

Relato terco: de NicholasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora