capitulo 2: dos almas

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Estaba allí en su habitación con las piernas cruzadas como en autoprotección, se podía escuchar pequeños sonidos de sollozos de parte suya. Había pasado ayer en la noche, fue encontrado el cuerpo sin vida de Henry Townsend, los policías aún seguían al lado pero todo apuntaba a que fue un suicidio ¿y ahora que haría? se sentía sumamente desprotegida, en el pasado fue Henry quien estaba ahí para ayudarla pero ahora él está muerto ¿Por qué? nada raro le pasaba estas semanas, y ahora estaba muerto en su habitación con un cuchillo en el pecho, o algo así le había contado la policía, porque ni siquiera le dejaron ver el cuerpo. Tampoco le gustaría mucho verlo así que lo dejo pasar, aun así al menos le quería decir adiós ¿le dejaran ir al funeral? ni ella lo sabía. Pero tenía que agradecerle por haberle salvado. Mentira, no era solo por eso, ella sentía mucho más por él, todos los días le hacía de comer, porque Henry ni siquiera se dignaba a cocinarse algo, cada vez que lo iba a ver era una cosa que sentía en el estómago tremendo, era eso solo podía ser eso ¿él también habrá sentido lo mismo? se pregunto, pero luego llego a una conclusión. No, el no sentía lo mismo o si no, no se hubiese suicidado.

Todo esto lo pensaba sujetando un cuchillo entre sus manos, era muy tentadora la oferta de tomar el mismo camino que tomo su vecino, pero fue interrumpida. Unos golpes a su puerta de entrada le hicieron levantarse de su cama para abrirla, al llegar a esta vio por el orificio que había y observo que la que tocaba era un mujer de madura edad con el cabello rubio y ojos azules, tenía un traje de policía. Sin pensarlo dos veces abrió la puerta.

-señorita ¿eileen galvin?-pregunto la mujer al abrirse la puerta y aparecer la chica de cabellos obscuros.>
-sí, soy yo ¿sucede algo?-pregunto la chica algo preocupada.
-si, necesito que me acompañe a la jefatura de policía-dijo la pelirrubia, cosa que desconcertó a eileen-no es nada importante, perdón. Para que no se sienta tan incómoda mi nombre es cybil Bennett...

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-¿puedes vernos?-repitió Henry sorprendido, ¿cómo podía verlos acaso ella también era un espíritu?
-bueno obvio...si, los veo ¿a qué viene esa pregunta?-respondió la chica, con extrañeza-bueno antes que nada, aquí están ocurriendo cosas extrañas, hay monstruos allá afuera ¿tienen alguna idea de que pasa en este lugar?-
-no lo sabemos tampoco, estábamos paseando y encontramos esto así de un momento a otro-mintió Walter.

Era mejor seguirle la corriente a la chica, jamás le había pasado esto con ella. También la había mirado varias veces cuando se trasladaba en dimensiones y jamás ella se había dado cuenta de su presencia ¿Qué ocurría ahora?
Henry por su lado le quedo mirando algo extrañado, pero era mejor seguirle la corriente a Walter después preguntaría sobre este extraño acontecimiento.

-ya veo, me alegro de no ser la única...- la chica sonrió cálidamente-que lindo es tener una familia...-al decir estas palabras los chicos se quedaron dudosos-mi nombre es Heather mason ¿y ustedes?-
-mi nombre es Henry...-pero antes de decir algo más Walter le jalo del brazo.
-bueno nos retiramos...-dijo el pelirrubio arrastrando a su acompañante.
-esperen...no me dejen aquí sola-reclamo la chica.
-hey! ¿Qué pasa?-reclamo Henry ya arto de ser arrastrado.
-camina rápido...o mejor corre, ella no nos debería vernos, debemos dejarla o si no ocurrirá tal vez algo grave-le susurro Walter.

Aunque Walter realmente no tenía idea de que pasaría pero que te vean los mortales era un poco complicado, o al menos eso era lo que sentía porque era la primera vez que le pasaba esto.
Estaban caminando pero rápidamente comenzaron a correr, heather se dio cuenta de esto así que también se dispuso a correr, ambos hombres vieron que había un portal más adelante, así perderían a la chica rogaban que esta no pudiese verlo, así fue como rápidamente se metieron en el agujero.

Silent hill: Damaged memories (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora