2.

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{Sé lista, sé fuerte, sé valiente.}

Peter remaba mientras que las chicas y Edmund observaban como había cambiado el paisaje de Narnia desde la última vez que habían estado allí.

—No se mueven—comentó Lucy mirando a los árboles.

Trumpkin la miró como si la niña acabara de decir la mayor tontería del mundo.

—Son árboles, ¿qué esperabais?—le contestó el enano.

—Antes bailaban—le explicó la pequeña de los Pevensie con mirada triste.

Lucy era las más ilusionada con su regreso a Narnia, al fin y al cabo, ella había sido la descubridora de aquella tierra tan llena de magia.

—Después de vuestra partida, los telmarinos nos invadieron. Los supervivientes se refugiaron en los bosques y los árboles se escondieron de tal manera en su mismos que no se les ha vuelto a escuchar.

La forma de Trumpkin de narrar los hechos ocurridos hizo que a Lucy se le encogiera el corazón. No podía soportar que le hubiera pasado eso a la tierra que tanto amaba, con la que tanto había soñado cuando estaba en Inglaterra.

—No lo entiendo. ¿Y Aslan dejó que esto ocurriera?

La pequeña no podía comprender cómo podía haber pasado eso. El gran león nunca lo hubiera permitido.

—¿Aslan?—dijo el enano con un rastro de diversión en su voz—. Nos abandonó a la vez que vuestras majestades.

Este comentario hizo que Peter se girara. Había estado ausente durante toda la conversación, pero al oír el nombre de Aslan, algo despertó en su interior.

—No queríamos marcharnos—expuso Peter sin dejar de remar—. Llévanos con los narnianos y todo cambiará.

A pesar de haber pasado tanto tiempo en Inglaterra, Peter no había perdido su madera de líder. Nunca se dejó de preocupar por el pueblo que tanto les dio a cambio de tan poco. El enano asintió vagamente con la cabeza, él haría cualquier cosa para salvar su tierra, pero no creía que lo que no habían conseguido en años lo fueran a conseguir cuatro adolescentes que llevaban sin ver Narnia desde hacía miles de años.

Cuando llegaron a la orilla, los chicos se encargaron de asegurar la barca. Mientras, las chicas recorrieron la orilla con la mirada. Lucy fue la primera en ver algo: un precioso y majestuoso oso de pelaje negro que se acercaba lentamente hacia ella.

—Osito, osito—empezó a llamar Lucy al oso.

El oso seguía acercándose peligrosamente a Lucy. La pequeña seguía llamando al oso con su voz dulce y melodiosa. Cuando el oso llegó cerca de ella, sin esperarlo Lucy, se abalanzó sobre ella. Sus hermanos y Trumpkin salieron a la ayuda de su hermana pequeña. Lucy gritaba, y también lo hacían los demás. Susan fue la encargada de evitar la desgracia. Le disparó una flecha al oso, que cayó al suelo al lado de Lucy. Lucy se levantó corriendo y se abrazó a sus hermanos al borde de las lágrimas.

—Era salvaje—sollozó.

—No creo ni que hablara—dijo Peter sorprendido.

¿Qué le había pasado a Narnia? Esa era la pregunta que rondaba la mente de los cuatro hermanos.

Algunas de las flechas se clavaban en la cabeza de los muñecos de madera que hacían de dianas en el patio trasero del castillo, otras se clavaban en el pecho. Eran muy pocas las que se desviaban de su objetivo.

when we collide ◀▶ narnia fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora