Illusionist ||Bucky Barnes|| [HIATUS]

Chapter 1.

Mi nombre es Sophie. Shopie a secas, sin apellidos.

La mayor parte de la gente pensaba que era una simple... "maga" que hace trucos baratos en la entrada del metro; una estúpida chica que no estudió y se tuvo que dedicar a la "magia". Pero la gente no tiene idea de nada.

Mi vida no fue un camino de rosas antes y mucho menos iba a serlo ahora.

Mucha gente en mi situación diría cosas como: "Envidio a todas esas personas que su vida fue fácil, que desde un principio tenían la vida resuelta. Que viven sin preocupaciones y sin miedo ni paranoias."

Pero, de nada me va a servir eso. Ya he aprendido a vivir con mis demonios, a acogerlos y tratarlos como una família, porque es lo único que me queda.

Dicen que estoy loca.

Yo les digo que no.

"Eso es lo que dicen los locos."

Si tuviera que contar mi historia, creo que empezaría por aquí.

||Chicago - Lunes||

La multidud a mi alrededor, toda la atención centrada en mí.

"Voy a mostrarte una baraja, y quiero que veas una carta. Esta no, sería demasiado obvio. Presta atención." Le dije a el chico que estaba enfrente mostrándole toda la baraja. " Demasiado rápido, otra vez. ¿Preparado?" El chico asintió y volví a pasar las cartas, más lento esta vez.

"¿La has visto?" Pregunté.

"Sí. "

"¿La recuerdas bien?"

"Sí. "

"¿Ves tu carta aquí? " Le enseñé la baraja. Tardó unos segundos en responder.

"No."

"Eso es porque estás demasiado cerca. ¿Y que he dicho toda la noche?Cuanto mas creas ver..."

"Menos ves." Terminó el público a coro. Lancé las cartas por los aires, dejando ver el siete de diamantes en el edificio de atrás.

¿Cómo?

Un mago nunca revela sus trucos.

Recuerdo muy bien esos días como los mejores de mi vida. Yo era una joven de diecinueve años recién cumplidos que tenía un sueño.

Mi sueño no tenía mucho futuro, porque ser ilusionista no es algo fácil, pero yo tenía... habilidades especiales que me permitieron conseguir mis metas con el paso de los años.

Poco tiempo después de hacerme conocer en las calles de Chicago, una asociación llamada H.Y.D.R.A se fijó en mí por alguna razón. En esa época yo era feliz con lo que hacía; pero por desgracia, la felicidad no daba para comer ni para pagar el alquiler. Como última opción acepté su oferta de hacer algunos trabajos para ellos.

Con el tiempo yo cada vez tenía menos posibilidades de poder huir de ellos. Sabían lo que podía hacer, y no querían dejarme escapar.

Cada vez que pienso en eso me digo lo mismo "Si tan solo hubiese confiado más en mí y en mi potencial."

Pero eso ya es pasado, y lamentarme no cambiará nada.

En un principio tuve miedo, no tenía ni la más mínima idea de que hacía "H.Y.D.R.A.", pero necesitaba ese dinero urgentemente.

Recuerdo el día que me ofrecieron el trabajo, lo recuerdo demasiado bien. Yo ni siquiera sabía para que me querían, era demasiado ingenua. Pero de los errores se aprende, y después de lo que me hicieron, no volveré a ser ingenua y no me dejaré engañar.